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Opinión #Opinión

Ya llega el 2021???

Los años pasan con una velocidad tremenda. El ???tiempo real??? es siempre el mismo; pero lo que cambia es la forma en que lo vivimos. La vertiginosidad con la cual van sucediendo los hechos de la vida y la forma en que los percibimos es, en definitiva, lo que cambia el ???tiempo vivencial???.

El 2020 fue un año complejo, posiblemente uno de los más difíciles de la historia de la humanidad toda y en particular de la Argentina. 

 

Siempre es positivo hacer un balance personal de lo vivido, tratar de mejorar los puntos débiles y potenciar las fortalezas para el próximo período. Me permito en este sentido, como ciudadano y profesional, plantear lo que a mi modo de ver son puntos de mejora para el próximo año para la República.

 

Los desafíos por delante son importantes y necesitan partir de un diagnóstico adecuado para poder generar soluciones correctas a cada problema. 

 

Recuerdo que cuando estudiaba “Comercio Internacional“, el profesor Juan Mario Jorrat nos enseñó que, “siempre uno debe buscar las soluciones de primero mejor”.

 

Soluciones de Primero Mejor son aquellas que resuelven el problema planteado y no desajustan otras variables. Ese concepto me quedó grabado a fuego.

 

Con lo anterior quiero significar que el país debe dejar de “parchar” la economía. Independizarla del color político y buscar un esquema continuo a lo largo del tiempo. Que de hecho, sólo prime mantener reglas de juego claras y estables, con las consecuentes instituciones que permitan el funcionamiento de estas reglas. Siempre sobre la base de un sistema democrático.

 

El país, desde mi visión, tiene una serie de problemas que deben ser resueltos: los altos índices de pobreza, la falta de seguridad jurídica, la poca credibilidad, la inestabilidad del tipo de cambio, el tamaño del déficit fiscal, el incrementar las exportaciones; el aumentar la tasa de inversión en bienes de capital, la correcta provisión de los servicios públicos como salud, educación y seguridad, entre otros.

 

Si pensamos como Nación que estos temas están resueltos o en vías de ello, o simplemente que no son trascendentales; tenemos una omisión de diagnóstico sobre la real problemática.

 

Entonces: ¿Cuáles deberían ser estos ejes de trabajo a lo largo del tiempo, los cuales no deberían alterarse, manteniéndose casi a raja tabla?

 

Lo primero es mantener una estabilidad económica, para que los crecimientos se puedan fundar sobre bases reales de productividad y no sobre saltos abruptos nominales en las variables macroeconómicas, que muchas veces en términos reales no implican crecimiento. 

 

La estabilidad económica da un marco de contención y significa consolidar una serie de variables. Estas son: una inflación anual de un dígito, un equilibrio fiscal y en lo posible un superávit fiscal; un tipo de cambio real que sea competitivo para nuestras exportaciones sin saltos abruptos, seguridad jurídica para las inversiones de los agentes económicos privados argentinos y extranjeros. Un sistema educativo público y privado que permita formar gente en todos los niveles con excelencia y un sistema de salud público que brinde a la población más expuesta todo lo necesario para estar cubierta. 

 

Además, un estado que asegure las reglas de juego para que los privados puedan desarrollarse y competir libremente. Y controle el cumplimiento de estas. 

 

El sostenimiento de estos pilares le dará a la Republica los cimientos fuertes para construir un país sólido y pujante.

 

¿Se puede lograr?

 

Claro que sí. Una cantidad importante de países en el mundo están en este camino en. No tenemos que inventar ninguna receta, sólo aprender de las mejores experiencias de aquellos países exitosos. Uno de los mayores problemas que encontramos para sortear las consecuencias de la Pandemia de este año fue que “gran parte de la artillería económica ya estaba agotada”, lo que no permitió generar un esquema de contención más efectivo.

 

El país tiene una gran riqueza, cuando uno lo recorre y ve su extensión, la calidad del capital humano, el esfuerzo que hace una enorme cantidad de personas por seguir adelante contra viento y marea (esto último lo veo y lo vivo con amigos, colegas, parientes, conocidos); además los recursos naturales y la infraestructura en muchas zonas industriales.

 

¿Podemos permitirnos como Nación estar fuera del top ten mundial? Será la pregunta que tendremos que hacernos para este año que entra desde lo individual y como Nación.

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