De acuerdo a una investigación de científicos de la universidad alemana de Furtwangen, las esponjas de cocina pueden ser una de las mayores fuentes de bacterias, un sólo centímetro cúbico de estos utensilios puede albergar hasta 50.000 millones de patógenos, más de los que se encuentran en la taza del inodoro.
Los científicos llegaron a esta conclusión tras lograr secuenciar el ADN de las bacterias de 14 esponjas de cocina usadas.
Los resultados de esta investigación, que se publicaron en Scientific Reports, confirman que estas esponjas contienen cantidades ingentes de bacterias, por encima incluso del número de patógenos que podemos encontrar en la taza del inodoro y en una cifra similar a las que se hallan en las heces fecales, que pueden llegar a superar esta número.
A su vez, los biólogos de la universidad confirmaron que lavar las esponjas con lavandina o someterlas a baños con agua hirviendo o en el lavavajillas, no sólo no sirve para nada sino que además provoca que las bacterias proliferen con mayor virulencia que en las esponjas que nunca fueron limpiadas.
"Los resultados demuestran que las esponjas desinfectadas regularmente contienen más bacterias que las limpias", subrayan los expertos.
Una posible explicación a esta reacción es que las bacterias más perjudiciales son también más resistentes y rápidamente re colonizan las áreas abandonadas por otros microbios más susceptibles a los detergentes.
Según los datos de esta investigación, en una esponja puede haber cincuenta mil millones de bacterias, aunque la mayor parte de las bacterias son inofensivas. El problema reside en que al tratar de desinfectarlas se favorece el crecimiento de otros microbios, que son los que causan neumonía y meningitis.