El equipo de Nuevo Diario dialogó este último fin de semana con encargados de stands, quienes analizaron lo acontecido en torno a la 14ª Feria del Libro de Santiago del Estero.
Demian Orosz, editor del sello artesanal “Vaca Muerta”, de Córdoba, expresó: “La feria me pareció alucinante. Me impactó el espacio, la infraestructura, los stands. La pasamos muy bien”.
Maira Rivainera, de la editorial Nudista, también de Córdoba, consideró que la Feria del Libro de Santiago del Estero “es la mejor que hay”. “Estuvo bien organizada, a los feriantes nos trataron muy bien y el lugar fue confortable”, destacó.
Claudia Domínguez, de MG Libros, de la ciudad Frías, departamento Choya, consideró que es “muy importante” que se “sostengan estos espacios, en donde se genera un escenario de encuentro entre el librero, las editoriales y los lectores”.
Orosz, tras ser consultado por las ventas, acusó que estuvieron “más que flojas”.
“Lo atribuyo a la crisis brutal y a la época del mes. La dificultad que tiene el público para acceder a productos culturales, que no son de consumo diario. Hay un empobrecimiento general: la gente tiene que dejar de consumir ciertas cosas o, directamente, no puede comer porque no llega a fin de mes”, analizó.
Rivainera, en esa misma sintonía, advirtió que las ventas fueron “muy bajas, casi nada”. “Teníamos expectativas, pero los precios les resultaron inaccesibles; aunque hubo personas que se llevaron libros, pero, por lo general, fueron lectores que ya conocían la editorial”, señaló.
La encargada, no obstante, rescató que “la gente se detuvo a leer las contratapas, abrir los libros y hojear”. “Nos interesaba encontrar nuevos lectores”, admitió.
Domínguez, como contrapartida de lo manifestado por Rivainera, dijo que, “no veníamos con tantas expectativas en torno a las ventas”, empero, “se puede decir que fue una linda feria”.
“Hemos podido vender, pero no como en otras ediciones (NdeR: estimó que las ventas cayeron un 30% en relación la edición anterior). La afluencia del público fue impresionante, pero está todo en el marco de la realidad que estamos viviendo”, se sinceró.
Los tres entrevistados coincidieron en que viernes, sábado y domingo vendieron más, a diferencia del miércoles y el jueves.