Con un compromiso y una entereza admirables, Felipe Gauna ha colaborado y ayudado en gran parte con la Residencia Mama Antula, por más de 30 años. Vive en el barrio Central Argentino y todos los días viaja en su bicicleta, compañera inseparable, para llegar al lugar.
De una punta a la otra de la ciudad, llega casi como un reloj cerca de las cinco de la mañana para comenzar la actividad de cada día. Hasta los sábados y domingos. Su familia aún hoy se sorprende por su dedicación para con este lugar, que ya es su segundo hogar.
Ayer fue su cumpleaños y entre su familia y los que trabajan en la residencia le prepararon un almuerzo sorpresa. De esta jornada especial también participaron todos los residentes, que se emocionaron junto a él.
“Felipe es parte de esta casa, con él se cuenta toda la vida y existencia de este lugar. Es el primero en llegar y siempre trata de colaborar en todo”, expresaron.
