Ayer se pudo concretar el tan ansiado reencuentro de fe por parte de la feligresía con el Señor de los Milagros de Mailín, en el marco de su fiesta chica.
Los peregrinos, luego de casi dos años, volvieron a recorrer los kilómetros que los unen con el “Cristo Forastero”, para reavivar la fe y devoción de quien es el motor de varias promesas y agradecimientos.
Es así que durante toda la semana pasada se pudo divisar sobre la Ruta Nacional 34 a un importante número de personas que, movidas por la fe hacia el Señor de los Milagros, recorrieron muchos kilómetros para participar de la denominada “fiesta chica” en esta población del departamento Avellaneda, ubicada a 170 kilómetros al sur de la Capital santiagueña, luego de que la pandemia dejara durante gran tiempo relegados a los promesantes de poder rendir culto al “Cristo Forastero”.
Bendición a los visitantes
En horas de la mañana de ayer arribó una grata visita al templo de Villa Mailín, los que siempre fueron impulsados por la gran devoción, montados en sus caballos, como son las agrupaciones gauchas, que luego obtuvieron la bendición por parte del padre Sergio Quinzio. Luego en dicha celebración también fueron bendecidos efectivos de la División Montada de la Policía, que se mostraron agradecidos por la oportunidad de participar de uno de los festejos más importantes que tiene la provincia y todo el norte argentino. Cabe recordar que en esta ocasión solo pudieron participar los habitantes y residentes de la provincia por razones epidemiológicas.
Una vez más, la fe y la esperanza en el “Cristo Forastero” fueron renovadas.