La victoria de Donald Trump en las elecciones promete marcar un nuevo rumbo para la economía global, y su impacto no será indiferente para los países emergentes, especialmente para Argentina. Con la llegada del magnate a la Casa Blanca, desde el 20 de enero, se abren interrogantes sobre cómo sus políticas afectarán el ya complicado plan económico del gobierno de Javier Milei, quien se encuentra gestionando su plan de ajuste en el país y en constante tensión con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
¿Un giro hacia el proteccionismo?
Desde su campaña, Trump ha reiterado su inclinación por un modelo económico 'proteccionista', lo que podría derivar en una serie de medidas que dificulten aún más el comercio internacional. Para la economía argentina, que depende en gran medida de la exportación de productos primarios, un endurecimiento de las tarifas en las importaciones podría ser perjudicial. La reciente valorización del dólar ante la expectativa de sus políticas podría generar una caída en los precios internacionales de las materias primas, afectando directamente las exportaciones argentinas.
El impacto de estas políticas no solo se reflejará en los precios, sino también en la posibilidad de que Argentina pueda acceder a los mercados internacionales. En este escenario, un dólar más fuerte podría hacer que los capitales fluyan hacia Estados Unidos en busca de mayores rendimientos, lo que limitaría la inversión en mercados emergentes como el argentino.
¿Oportunidad para acelerar la salida del cepo?
Sin embargo, en medio de estos riesgos, los analistas perciben una oportunidad para que Argentina acelere la salida del cepo cambiario. Un eventual acercamiento entre el gobierno de Milei y Trump podría facilitar un acuerdo con el FMI, que aliviaría la presión sobre las reservas del Banco Central y permitiría una mayor flexibilidad en la política económica. El temor a la falta de apoyo financiero internacional sería mitigado por una relación más favorable con los Estados Unidos, lo que podría traducirse en un acceso más ágil a nuevos fondos.
El economista Sebastián Galiani sugiere que el gobierno de Milei podría encontrar una salida más rápida del cepo si se logra este acuerdo. No obstante, el desafío radicará en si el gobierno prioriza la estabilidad monetaria a corto plazo o si decide tomar riesgos con una flotación más libre del peso, lo que dependerá de los resultados de las negociaciones con el FMI.
Igualmente, todo lo que se habla hasta el momento es especulativo, ya que se espera la propia mirada del nuevo presidente electo de los Estados Unidos, a quien Milei aseguró "admirar".
La incógnita del FMI y el futuro de las relaciones bilaterales
El FMI se presenta como una pieza clave en este rompecabezas. Con Trump en el poder, se especula que la relación con el FMI podría volverse más fluida, ya que la administración republicana podría estar más dispuesta a apoyar un acuerdo que contemple la entrega de fondos frescos para estabilizar la economía argentina. Sin embargo, no todos los analistas coinciden en que la situación sea tan sencilla. Para Aldo Abram, director de la Fundación Libertad y Progreso, las diferencias entre las administraciones de Biden y Trump en términos de apoyo al FMI podrían no ser tan significativas, dado que la ayuda económica dependerá en última instancia del Congreso estadounidense y no solo de la Casa Blanca.
A pesar de las diferencias, un acuerdo con el FMI que permita a Argentina aliviar las restricciones cambiarias podría abrir la puerta a una salida más ordenada de la crisis económica. Sin embargo, el FMI ha mostrado reticencias respecto a ciertas prácticas del gobierno argentino, como el uso de reservas para intervenir en el mercado cambiario, lo que podría generar tensiones en las negociaciones futuras.
¿Un panorama optimista o un terreno minado?
El panorama para Argentina, entonces, es incierto. Por un lado, la euforia inicial en los mercados podría ser un reflejo de un optimismo infundado por la expectativa de una relación cordial con Trump. Por otro lado, el endurecimiento de las políticas comerciales y la apreciación del dólar podrían añadir más obstáculos para una economía ya afectada por la inflación, la deuda externa y las restricciones cambiarias, sumado a todos los planes de ajustes, las Pymes que cerraron, los miles de despidos y el panorama desalentador para el poder adquisitivo de los jubilados y los trabajadores, el Gobierno no tiene un trabajo fácil, y hasta el momento, no demuestra mayor importancia, más que mantener los números "en orden".
Lo cierto es que, en un contexto global cada vez más marcado por el proteccionismo y las tensiones geopolíticas, Argentina deberá navegar con cautela. A mediano y largo plazo, la capacidad del gobierno de Milei para equilibrar las presiones internas y externas será fundamental para determinar si podrá aprovechar las oportunidades que surjan, o si, por el contrario, quedará atrapada en un ciclo de incertidumbre económica.
Como siempre, los próximos meses serán clave para trazar el rumbo. Mientras tanto, las expectativas en torno a las políticas de Trump y su impacto en la economía global seguirán siendo un tema de debate, con la mirada puesta en cómo afectarán las ya difíciles condiciones económicas de Argentina.