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Opinión Directora ejecutiva del Instituto Nacional de Formación Docente

Formar a los equipos docentes en la escuela

Invitan a los docentes a sumarse como participantes activos de este desafío. Por los alumnos, por nuestros hijos, por nosotros mismos.

La escuela debe ofrecerle a cada ciudadano la posibilidad de desarrollar las capacidades cognitivas y socioemocionales fundamentales para comprender el mundo, construir un proyecto de vida, insertarse en la sociedad y transformar su entorno. Entre ellas, comunicarse, resolver problemas, pensar críticamente, aprender a aprender y trabajar con otros, son indispensables para todo ciudadano del siglo XXI.

 

La adquisición de estas capacidades es un derecho prioritario de todos los niños, niñas, jóvenes y adultos, y el Ministerio de Educación y Deportes de la Nación se compromete a apoyar a los maestros en esta tarea fundamental para el futuro del país. Por eso, la formación docente es crucial en el Plan Estratégico Nacional Argentina Enseña y Aprende, aprobado por el Consejo Federal de Educación en agosto. En esta línea, este año, el Instituto Nacional de Formación Docente relanzó Nuestra Escuela, una política de formación gratuita, universal y en servicio, que parte de las necesidades y contextos específicos de cada escuela, donde se trabaja con los equipos docentes para ampliar sus conocimientos y renovar sus estrategias de enseñanza. Esto implica, desde ya, incorporar las nuevas tecnologías, pero sobre todo transformar la experiencia escolar a través de prácticas pedagógicas abiertas a la expresión, la exploración, la diversidad; en definitiva, revitalizar la pasión por aprender a lo largo de toda la vida. Pondremos un foco especial en mejorar la capacidad de comunicación, que involucra la adquisición de la lectoescritura, la comprensión y producción de textos, y la expresión oral. Porque varios diagnósticos muestran que tenemos un camino por recorrer para que todos los estudiantes dominen en tiempo oportuno estas habilidades, indispensables en el desarrollo de otras, como el pensamiento crítico. Sólo así lograremos reducir la repitencia y el abandono escolar.

 

Para esto, junto con los ministerios provinciales y sus equipos técnicos, propondremos una formación centrada en la práctica, que conjuga sugerencias didácticas concretas con la reflexión colectiva, para propiciar la cooperación entre los docentes de una misma escuela y entre directores de distintas escuelas de una misma zona. Buscando construir un sistema educativo más justo, se apoyará con especial intensidad a las escuelas con mayores desafíos, a través de un acompañamiento técnico más cercano.

 

Esta modalidad de formación se realiza en parte a través de jornadas de trabajo que son indispensables para potenciar a nuestros maestros y profesores.

 

De hecho, esta política apuesta a motivar a los maestros y profesores con su tarea, partiendo de su experiencia previa y valorando el esfuerzo que realizan día tras día. Esto permitirá reposicionar a los educadores en la escena pública, consolidar el vínculo con las familias y construir lazos de confianza para favorecer la apropiación de los procesos de cambio con el apoyo continuo del Estado.

 

El objetivo último es prestigiar la profesión más importante para el futuro del país, ya que sólo así lograremos generar las bases para el bienestar social, el desarrollo económico y el crecimiento personal de las futuras generaciones.

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