Durante la gestión del gobierno anterior había un consenso por parte de los economistas que el principal (y único) motivo de la inflación de 2 dígitos que durante años golpeaba al país responde a hechos estrictamente monetarios. Ya lo reiteró numerosas veces el ex ministro de Economía Domingo Cavallo “la inflación siempre tiene un origen monetario”.
Desde 2009 a 2015 la creciente monetización de la deuda se hizo sentir y desveló a más de un economista y crítico de ese entonces.
Monetización
Según un informe privado del Iaraf durante 2015 la base monetaria se expandió a $ 161.325 millones, la emisión para asistir al Fisco ascendió a $ 177.926 millones y el déficit primario terminó en siendo $ 117.211 millones (2,3% del PBI), números que parecían una película de terror para todos los economistas.
En los primeros 8 meses de 2016 el BCRA lleva transferido en concepto de adelantos transitorios y utilidades aproximadamente $ 117.000 millones (cuyo presupuesto para este año tiene como tope $ 160.000).
El déficit primario —según las propias palabras del actual ministro de Economía— sería de unos $ 358.000 millones (4.8% del PBI). Es decir este último déficit se asemejaría al financiero (habiendo pagado intereses de la deuda) del año anterior descontando los aportes de la Anses y del BCRA que finalizó en 360.000 millones.
Vale decir que la inflación terminó el pasado año en 32% y se calcula que llegará a 39% en diciembre de este año.
Las metas
Paradójicamente el déficit primario se incrementó un 207% y los precios un 19% (ambos comparando año anterior con el actual). Para controlar el incremento de precios, el BCRA adoptó el régimen de metas de inflación, en lo que cual la iría reduciendo año por año hasta llegar al 5% a partir de 2019.
Para concretar estas metas el Gobierno optó por dos caminos. Una vez abierto al mundo armar una fuerte política de endeudamiento a tasas superiores a las del mercado a fin de prescindir de las asistencias del BCRA.
Por otra parte esterilizar la mayor cantidad de pesos circulando vía Lebac a fin de que no se dirijan a los precios o al dólar, manteniendo tasas reales positivas.
El funcionamiento de una Lebac es similar al de un plazo fijo, es decir, en lugar de pagar una tasa de interés, se aplica una tasa de descuento sobre el valor nominal de dicho título.
Por ejemplo si una Lebac se emite a una tasa de 28,25 para 252 días y tiene un valor nominal de $ 100.000, el dinero a entregar para poder suscribir es de $ 83.679,08. Obteniendo de esta forma una ganancia nominal de $ 16.321 al finalizar dicho plazo. Con este instrumento y fijando la tasa de interés de corto plazo como referencia el BCRA lleva a cabo su política monetaria.
Ahora esta medida tiene un enorme costo que es la abultada deuda que se le va generando al Ente Rector con bancos, empresas y personas humanas. Para ir logrando que los precios bajen, deben ir retirando los pesos de circulación y aumentando el stock de estos títulos.
Tal cual lo consignan los informes publicados por el propio BCRA, las colocaciones aumentaron un 120%, al saltar de $ 296.181 en diciembre a $ 652.600 a comienzos de este mes.
Letras
Según el estudio Bein y Asociados los intereses devengados en lo que va de este año fueron $ 112.000 millones de pesos.
Si bien debido a que la mayor tenencia se encuentra en manos de los bancos, no hay riesgo de que a futuro el BCRA tenga problemas de renovación de las letras y todos esos pesos acorralados se vuelquen a la economía expandiendo la base monetaria y fogoneando la inflación. Actualmente el stock de Lebac representa un 80% de la base monetaria.
Además de la enorme deuda que se le genera al BCRA, hay otro efecto negativo que es el desplazamiento del crédito (crowding out), donde actualmente los bancos se ven tentados ante tasas reales positivas de prestarle a la Entidad Rectora y no a empresas.
Una breve analogía con los dólares futuros:
El total abonado en conceptos de intereses por las letras fueron en estos últimos 9 meses $ 72.000 millones, mientras que los pagos tras la devaluación del peso por operaciones a fueron $ 53.731 (un 134%).
Deuda externa
Con respecto a la deuda externa soberana, en lo que va del año se incrementó en casi U$S 15.700 millones. Contabilizando solo la deuda emitida por el sector público no financiero y sin contar con la deuda emitida para el pago de los holdout, la misma pasó de U$S 98.900 a U$S 127.000 millones.
Por lo antedicho podemos concluir que:
** 1) No resulta fácil disminuir el gasto ni aumentar la recaudación como se hizo creer (el déficit primario se incrementó un 207%)
** 2) El capitalismo extremo promulgó que una economía con déficit fiscal es una bomba de tiempo y a la vez fomentó enérgicamente el endeudamiento ya que en tan solo 9 meses se incrementó 28% (costo que lo pagarán las futuras generaciones)
** 3) Para el Gobierno la única causa del incremento de precios es la expansión de la base monetaria ya que poco y nada hace por mejorar el frente fiscal.