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Opinión Con opiniones a favor y en contra, la expresidenta comenzó a mover las fichas

El silencio de Cristina empieza a inquietar

Guido Braslavsky

Desde que el Gobierno macrista entró en crisis y tomó la polémica decisión de acudir al FMI, el cristinismo guarda prácticamente silencio. Hace semanas que no se escucha a la expresidenta, salvo algunas intervenciones puntuales en redes. El 12 de julio posteó en Facebook por el nacimiento de la generala Juana Azurduy (cuyo monumento había hecho emplazar detrás de la Rosada, en lugar del de Colón). El 5 de julio posteó en defensa del exmandatario ecuatoriano Rafael Correa, “perseguido” judicialmente en su país.

 

Pero lo de Cristina es el silencio. No habla, y se mantiene alto en las encuestas como la principal alternativa a Mauricio Macri. “La única oposición”, dicen en sus filas.

 

Fuentes del Gobierno admiten esta renovada vitalidad de la exmandataria. “Tiene entre 30 y 32 puntos de intención de voto. ¿Cómo no va a jugar para presidenta?”, dice un macrista encumbrado. Así perdiera, razonan, ese caudal de votos implica un arrastre de legisladores nacionales, provinciales a lo largo del país, concejales en municipios. Un enorme poder. Y cerca de CFK razonan también que si obtuvo 37% para senadora en la Provincia de Buenos Aires, cuando perdió frente a Esteban Bullrich en 2017, no tendría dificultad el año que viene y con los problemas que tiene el Gobierno, de consolidar un 40%.

 

Como Cristina calla, porque así le va bien, el que salió a “iluminarla”, para quebrar esa estrategia, fue Miguel Pichetto, el influyente senador abocado a generar una opción peronista no “K”.

 

Pichetto sostuvo que “Cristina va a ser candidata” y dijo que el PJ no “K” deberá presentar su propuesta presidencial no más allá de octubre de este año. O sea, tener un año para hacer alianzas e instalarla.

 

Pichetto también hizo notar que pese a la opinión de “analistas de que no jugará”, Unidad Ciudadana —el sello cristinista— trabaja en todo el país para afirmarse.

 

La mirada de ese peronismo no “K” es poco optimista: un escenario donde la candidatura de Cristina “trabajará para el triunfo de Cambiemos”, advierte Pichetto. Porque el rechazo a CFK es la gran plataforma en la que se asienta Macri.

 

Parece mentira en medio de tantas dificultades, tras la fuga de capitales y la corrida desesperada a pedir el auxilio del Fondo. Pero el presidente hizo conferencia de prensa en la que, para muchos, fue el aviso tácito de lanzamiento a su reelección. Todo en medio de una enorme incertidumbre, donde periodistas, economistas, analistas, políticos, cuando se cruzan se preguntan recíprocamente: ¿Qué va a pasar?

 

El mensaje es complejo porque de un lado se insiste en el ajuste que implica peores ingresos, pobreza, recesión, caída de obras públicas que iban a mover la economía. Al mismo tiempo se avisa que se incrementará la ayuda social, y Buenos Aires, donde hay sectores sumergidos que viven un drama social, busca ponerle plata en el bolsillo con descuentos en supermercados subsidiados al 50% por el Banco Provincia, por ejemplo. Una mitigación de daños necesaria, pero también contradictoria.

 

 

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