El abultado déficit que históricamente han registrado las finanzas públicas y el minúsculo nivel del mercado de capitales local se han combinado para determinar un camino al cielo del monto de la deuda pública contraído con el resto del mundo.
Ese escenario volvió a quedar nítidamente reflejado en el crecimiento de los compromisos financieros con el exterior que registró el informe trimestral del Indec de la Balanza de Pagos, con una notable aceleración respecto de los meses previos.
El stock de deuda externa bruta total con títulos de deuda pública y privada a valor nominal residual, al 31 de marzo de 2018, se estimó en U$S 253.741 millones, U$S 19.192 millones superior a la del trimestre anterior, a un ritmo de poco más de U$S 213 millones por día, de los cuales U$S 165,3 millones diarios fueron contraídos por el gobierno general (nacional, provincial y municipal) y el Banco Central. Ascendió a U$S 176.161 millones. Mientras que el conjunto del sector financiero, incluidas entidades oficiales, más empresas y familias, incrementó su endeudamiento con acreedores externos a un ritmo de U$S 48 millones por día, a U$S 75.780 millones.
La política gradualista de baja del déficit fiscal y el financiamiento con colocación de deuda externa, para poder disminuir la dependencia de la emisión monetaria y evitar un excesivo encarecimiento del costo del dinero interno, explica la fuerte aceleración de la dinámica de deuda externa del sector público.
Según las estadísticas del Indec, desde el cambio de Gobierno, en diciembre de 2015, la deuda externa pública creció a un ritmo de U$S 91 millones por día; pero en los pasados 12 meses se intensificó a un promedio diario de poco más de U$S 109 millones, y en el primer trimestre de 2018 se acentuó a casi U$S 166 millones.
En esos períodos también se acrecentó la deuda del sector privado y el sistema financiero en su conjunto, pero en proporciones notablemente menores: U$S 14,4 millones diarios en 27 meses.