Jubilados y futuros jubilados (más pensionados, beneficiarios de AUH, de pensiones no contributivas): malas noticias. Prosperó en el Senado la “reforma previsional”: 43 votos a favor, 25 en contra, 3 abstenciones. El tema pasa a Diputados. De sancionarse la norma, el aumento de jubilaciones será calculado con una nueva fórmula: la inflación del Indec (70%) y el índice de variación salarial (30%, el Ripte). Adiós a la actual fórmula de la movilidad jubilatoria.
Diga lo que se diga, con el nuevo cálculo los jubilados saldrán perdiendo. El “ahorro” para la Anses será de 100 mil millones de pesos al año, aunque algunos senadores llevan la cifra a 150 mil millones. Otra novedad es que hombres y mujeres podrían jubilarse optativamente a los 70 años.
El miércoles, en la sesión maratónica del Senado, no solo los discursos de los opositores encendieron luces de alarma. Por ejemplo, la rionegrina Marina Riofrío: “Esto huele a década del 90. No quiero ser parte de esta tragedia”. “No pensé en volver a ver a miles de Norma Plá en la Plaza, hemos retrocedido”, dijo la chubutense Nancy González.
La media sanción la logró el oficialismo de Cambiemos con el peronismo que responde a los gobernadores, que conduce Miguel Pichetto; en contra, el kirchnerismo duro y un puñado que se desmarcaron.
Dijo Pichetto: “Nos toca la tarea ingrata de votar esta ley”. Pidió que el Gobierno y el jefe de la Anses pusieran la cara y “expliquen” para que no se acuse de “entregadores de los jubilados” a los senadores.
Ese fue el tono.
Sumó el radical formoseño Luis Naidenoff. Dijo que era “ficción” el anterior cálculo —claramente favorable a los jubilados— y apeló al argumento de la “responsabilidad” en bajar el pulgar.
La “cláusula previsional” fue parte del acuerdo entre Nación y provincias, de Consenso Fiscal y Responsabilidad Fiscal —para limitar el gasto de las provincias— que firmaron 22 provincias, la Ciudad de Buenos Aires con el Gobierno central. Todos excepto San Luis.
Para los gobernadores fue la manera de no ver afectada la coparticipación ante el inminente fallo de la Corte Suprema en favor del reclamo de Buenos Aires por el fondo del conurbano, congelado desde los años 90.
Las tres leyes —reforma previsional, Consenso Fiscal, Responsabilidad Fiscal— se debatieron en conjunto y se votaron por separado, pero se advirtió —lo hizo Pichetto y el salteño Rodolfo Urtubey, ante senadores que se desmarcaban— que las cosas estaban entrelazadas. No había pacto fiscal sin reforma previsional, porque, ¿de dónde iba a salir la plata?
“Todos sabían lo que firmaban, a nadie le pusieron un arma en la cabeza”, dijo Pichetto al reclamar el voto acompañando a los gobernadores “en riesgo de no poder pagar los sueldos”. Lejos quedaban ya las palabras al inicio de la sesión del macrista Federico Pinedo, que no se trataba de “un ajuste”.
Seguirá el debate en Diputados, ya con la nueva composición después del 10 de diciembre. Con más oficialismo y los votos de los peronistas que responden a sus gobernadores (serían no menos de 30), el cálculo a la baja de las jubilaciones que de por sí ya están por debajo de la línea de pobreza, será ley.