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El País

La crisis de yerba mate: cortes de ruta y un futuro incierto para los productores

La importación de yerba, la caída del consumo interno y el aumento de los costos de producción han disparado un conflicto que podría terminar en una situación similar a la crisis de 2001.

El sector yerbatero atraviesa una de sus peores crisis en décadas, con cortes de ruta y protestas de los productores que exigen la intervención del Estado para regular el precio de la hoja de yerba, que amenaza con llevar a muchos pequeños productores a la quiebra. La importación de yerba, la caída del consumo interno y el aumento de los costos de producción han disparado un conflicto que, según advierten los propios productores, podría terminar en una situación similar a la crisis de 2001.

Una crisis en el corazón de Misiones

En provincias como Misiones, donde la yerba mate representa un 20% del Producto Bruto, los productores enfrentan una rentabilidad cada vez más reducida. En palabras de Jonas Eric Petterson, productor de la localidad de Comandante Andresito, "si esto se mantiene, va a haber mucho conflicto en las rutas". La situación es insostenible, y si no se encuentran soluciones, advierten que muchos productores se verán obligados a vender sus tierras y emigrar a las villas, tal como ocurrió en la crisis del 2001.

Uno de los problemas principales radica en el bajo precio de la hoja verde, que ronda los 240 pesos por kilo, mientras que los costos de producción aumentan. Susana Ester Cuadra, productora de yerba y tabaco en Colonia Itatí, señala que el Gobierno está favoreciendo las importaciones de yerba de Paraguay y Brasil, lo que agrava aún más la situación.

En 2024, las importaciones de yerba alcanzaron un 80,1% más que en 2023, lo que amenaza con desplazar a la yerba nacional y aumentar la presión sobre los productores locales.

La desregulación y sus efectos

El Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023, firmado por el ministro Federico Sturzenegger, estableció la desregulación del precio de la yerba, lo que ha desorganizado el sector yerbatero. Según Cristian Castro, diputado provincial del Partido Agrario y Social (PAyS), “el libre mercado no funciona en el sector yerbatero, donde tenés pequeños productores y secaderos registrados, pero el precio de la hoja lo deciden diez de los 105 molinos totales”.

La liberalización de precios ha generado una concentración de poder en los 10 principales molinos, que acaparan el 72,7% del mercado. En este contexto, el productor se ve descapitalizado: mientras los precios suben en los estantes de los supermercados, el precio que reciben los productores sigue siendo insuficiente para cubrir los costos de producción.

Un sector atomizado y desprotegido

La producción yerbatera en Argentina está compuesta por más de 12.000 pequeños productores distribuidos en diferentes regiones, pero las industrias y secaderos están concentrados en manos de unos pocos. Esto provoca que, en muchos casos, los productores no tengan voz ni voto en las decisiones que afectan a la rentabilidad del sector.

Luis Alberto Andrusyszyn, otro productor de Misiones, denuncia que “nos bajaron casi un 55% el precio de nuestra materia prima”. La brecha entre lo que pagan los molinos y lo que se cobra en las góndolas se amplía, lo que afecta gravemente la rentabilidad de los pequeños productores.

El consumo también cae

La crisis no solo afecta a los productores, sino también a los consumidores. En 2024, las ventas de yerba mate cayeron 9,2%, el nivel más bajo desde 2016. La razón es clara: el aumento de los precios hace que muchos consumidores, especialmente en las clases populares, reduzcan el consumo de mate, un hábito profundamente arraigado en la cultura argentina.

El futuro incierto

La incertidumbre en el sector yerbatero crece cada día. Los productores exigen una actualización del precio de la hoja verde y la intervención del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) para regular la producción y proteger a los pequeños productores. Según el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), para que los productores logren una rentabilidad justa, el precio del kilo de hoja verde debería ser de 459 pesos, mucho más que los 250-300 pesos actuales.

Mientras tanto, el paro y la suspensión de la entrega de yerba continúan en Misiones, donde el conflicto está lejos de resolverse. Como señala Petterson, el sector se enfrenta a una difícil disyuntiva: "No tenemos las condiciones para la cosecha", lo que podría poner en riesgo no solo la producción, sino también el futuro de muchos productores y trabajadores que dependen de la yerba para sobrevivir.

Una crisis que afecta a todos

Lo que está en juego no es solo la rentabilidad de los productores, sino también el futuro de una de las principales tradiciones culturales del país. Con un precio bajo para los productores, importaciones crecientes y una caída en el consumo, la yerba mate podría estar en peligro de convertirse en un lujo para pocos, en lugar de un símbolo de la identidad nacional.

El futuro del sector yerbatero depende, más que nunca, de decisiones políticas y económicas que busquen equilibrar los intereses de los pequeños productores y los grandes molinos, garantizando un precio justo que permita mantener la producción en el país y que los consumidores sigan disfrutando de la tradición del mate, que es mucho más que una bebida: es parte de la esencia misma de Argentina.

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