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Cancillería está de oferta

Por el Licenciado Héctor Lovaiza.

El Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de nuestro país es el que lleva adelante las relaciones exteriores de la Nación con una red de representaciones en todo el mundo mediante embajadas y consulados, siendo esto una faceta de la aplicación de la política exterior del gobierno de la nación. El presidente es el que toma las decisiones políticas finales de lineamiento en materia de relaciones internacionales en el ámbito de la república, participando también en la formulación el canciller. Esta introducción nos remite a la figura del Ministro de Relaciones Exteriores.

A lo largo de la historia política e institucional de nuestro Estado, este ministerio fue ejercido por personas que lo ponderaron con su ejercicio público de manera positiva y negativa aportando doctrinas jurídicas y políticas que serian ratificadas de manera práctica y convencional por la comunidad global como funcionarios del área que pasaron de manera intrascendente atribuida a las incapacidades como a la importancia relativa de las relaciones con el mundo asignada por el primer mandatario. Ante estos hechos históricos, es elemental repasar un par de nombres que jerarquizaron o menoscabaron esta importante actividad pública.

Carlos Saavedra Lamas, canciller durante la presidencia de Agustin P. Justo (1932/1938), galardonado con el Premio Nobel de la Paz por su labor en pro de la paz en general, pero en particular por haber inspirado el pacto antibélico Saavedra Lamas donde se condenaba la guerra de agresión y propugnaba el arreglo pacífico de controversias. Fue firmado por 21 naciones y sirvió de base para futuros instrumentos internacionales.

Guido Di Tella, ministro de relaciones exteriores en la presidencia de Carlos Menem desde 1991 hasta 1999. Doctor en economía, fue el formulador de los principales lineamientos de la política exterior, que brindaron un marco jurídico a nuestro país, principalmente en la cesación de las disputas territoriales con Chile, por ejemplo, en la resolución del Litigio del Campo de Hielo Patagónico Sur, como también de la relación con los Estados Unidos.

Trazado el contexto histórico, es necesario parangonar con la actualidad: ¿Santiago Cafiero, fue vanguardista durante su ejercicio como ministro? ¿Diana Mondino, comprende el mundo de las relaciones internacionales?

Estos dos últimos actores son una afrenta en cuanto a la ejecución y dirección de la política internacional. Diana Mondino por ejemplo, esta sesgada por su ideología conllevando una política global pueril que puede acarrear consecuencias catastróficas en el mediano o largo plazo para nuestro país. Su desconocimiento, u omisión, del sistema mundial de comercio, la absoluta ignorancia de las cuestiones geopolíticas, como ser el manejo de las relaciones con la República popular China son la ratificación de ese idiotismo.

Indudablemente esta magna función sufrió un fuerte desprestigio a raíz de los últimos dos presidentes y cancilleres. Hacen falta líderes e intelectuales que comprendan el mundo en su totalidad y por sobretodo, que coloquen el interés nacional como eje ordenador.

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