Desde la madrugada de hoy, los precios de los combustibles volvieron a experimentar un ajuste, una realidad que parece no tener fin. Según la información proporcionada por los playeros y conductores que hablaron con ADN de Radio LV11, este aumento genera malestar y preocupación entre los consumidores, que ven cómo el precio del combustible sigue subiendo mes a mes.
"Ya es algo común", comentó un conductor, quien expresó que, aunque el aumento es una constante, sigue siendo un golpe para su bolsillo. "Viene todos los meses, viene con aumento, así que no hay sorpresa", afirmó, mientras que otros conductores coincidieron en que deben cargar el tanque lleno para poder cumplir con sus tareas diarias, ya que viajan constantemente para desplazarse de un lugar a otro. Sin embargo, muchos admiten que el aumento hace que les cueste más poder realizar viajes largos o realizar tareas cotidianas, especialmente cuando la situación económica sigue siendo difícil.
Los precios actuales del combustible han subido en torno a los 30 pesos por litro, lo que se traduce en un impacto directo para los conductores y los propietarios de vehículos. Por ejemplo, la nafta súper pasó a costar 1.173 pesos, un aumento de más de 30 pesos respecto al precio anterior de 1.142 pesos. La nafta infinia, por su parte, se ajustó a 1.412 pesos por litro, mientras que la nafta subió a 1.435 pesos.
El panorama es preocupante para muchos, que se quejan de la situación que se ha vuelto casi normalizada. Un playero entrevistado relató que los conductores, especialmente aquellos que necesitan viajar, se ven obligados a llenar los tanques para llegar a sus destinos, aunque esto repercute significativamente en sus economías. "La gente se queja un poquito, pero no podemos hacer mucho. Todo sigue subiendo", dijo el trabajador de la estación de servicio.
Las quejas también se extienden a la inflación y al costo de vida. "Nos dicen que la inflación baja, pero a nosotros nos sigue costando más, esto genera aumento, lo que mueve el transporte, la comida, lo así que no se entiende, siempre es lo mismo, no hay con que darle, no hay casta el pueblo que lo está pagando todo", expresó otro de los entrevistados, quien señaló que el aumento del combustible repercute directamente en el transporte y la comida, haciendo cada vez más difícil llegar a fin de mes. La sensación generalizada es que los aumentos no se detienen, y aunque desde el Gobierno se asegura que la inflación está en descenso, el impacto en la vida diaria es evidente.
El aumento constante de los combustibles se ha convertido en una de las principales preocupaciones para los argentinos, no solo por el impacto directo que genera en los costos del transporte, sino por la sensación de que las promesas de alivio económico aún no llegan a la mayoría de la población. La espera de respuestas parece prolongarse, mientras las familias y trabajadores continúan pagando las consecuencias de un ajuste que no parece tener fin.