Una dramática situación ocurrió en las últimas horas y pudo terminar en tragedia, aunque por fortuna solo hubo que lamentar daños materiales de consideración.
Eran las siete de la mañana de ayer, cuando los efectivos de la División Prevención de la Departamental Nº 17 fueron alertados del incendio en una vivienda de calle Pío VII entre 233 y 234, del capitalino barrio John Kennedy, hacia donde se dirigieron de inmediato. Al llegar confirmaron que se había producido un foco ígneo, al parecer, por una falla en el aire acondicionado —tipo ventana— de una de las habitaciones.
De inmediato solicitaron la presencia de bomberos y una autobomba llegó minutos después para realizar los trabajos y sofocar las llamas. En el sitio, la Policía se entrevistó con el propietario, identificado como Rubén Álvarez, de 53 años, quien al momento del percance se encontraba en la vivienda con su esposa Patricia Ovejero, de 52, y sus nietos, de 10 y 11.
A modo preventivo se solicitó una ambulancia del Sease para asistir al matrimonio, inmerso en una fuerte crisis de nervios. Por fortuna fueron estabilizados en el lugar y no requirieron hospitalización, como tampoco los menores, quienes se encontraban en perfecto estado.
Una vez extinguido por completo el fuego, personal de Policía Científica realizó las pericias de rigor y la Comisaría Comunitaria Nº 59 se hizo cargo del procedimiento. La familia damnificada sufrió la pérdida de valiosos bienes, entre ellos, camas, roperos y prendas de vestir, en especial, de los niños.
