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Policiales Una adolescente manifestó su sufrimiento en uno de los eventos más importantes de su vida

No quiso el vals en el cumpleaños de 15 porque no quería bailar con su tío, quien la había abusado

El comerciante admitió el hecho y fue condenado a tres años de prisión.

La jueza de Control y Garantías de Banda y Robles, Dra. Roxana Menini, condenó en juicio abreviado a un comerciante de 55 años, conocido como "Jota", a tres años de prisión en suspenso por abuso sexual simple en perjuicio de la sobrina de su pareja. La magistrada homologó el acuerdo al que habían llegado la Fiscalía y la defensa del imputado, que admitió el ilícito. Asimismo, le impuso rigurosas medidas de conducta, entre ellas la prohibición de acercamiento a 200 metros de la víctima, una adolescente que actualmente tiene 15 años.

El hecho se produjo en la ciudad de La Banda. La menor sufrió tormentos a causa del abuso sexual y comenzó a manifestar indicios de sufrimiento. En su cumpleaños de 15, la menor se negó a bailar el vals porque no quería que su tío, el imputado y uno de los invitados, le "tocara la cintura" porque "le daba asco". En otra circunstancia, le pidió a la pareja de su padre que, cuando viera que su tío se acercara a ella, la "sacara" de esa incómoda situación. "No dejes que se acerque a mí", le pidió. No fueron los únicos indicadores de su sufrimiento. Además, manifestó en su vida diaria, inseguridad, inhibición, introversión, infantilismo, apego, timidez y bajo rendimiento escolar.

En Cámara Gesell, la víctima relató que, junto a su hermano menor, había quedado a dormir en la casa de su tía materna y su pareja, el comerciante. "Hemos cenado y ha llegado la hora de dormir; creo que yo tenía 12 años. Estaba durmiendo mi tío, yo, mi tía y mi hermano en la misma cama, en una habitación con aire acondicionado", afirmó. "Habrá sido a la madrugada, dos o tres; él estaba al lado mío, como mirándome y yo estaba mirando hacia arriba y he sentido que me tocaba", afirmó e indicó que la manoseó en sus partes íntimas por debajo de la ropa.

La víctima cumplió 15 años y les contó lo sucedido a sus amigas y a su madre, quien no habría reaccionado ni recurrió a la Policía. Después le relató a su padre, quien realizó la denuncia.

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