Una joven de 18 años trabaja desde hace tiempo como empleada doméstica en un domicilio de la localidad de Cañada Escobar, departamento Banda. Hasta el momento nunca había tenido problemas con sus patrones ni sus familiares.
Sin embargo, en los primeros días del corriente mes, llegó de visita un sobrino de los dueños de casa, de 14 años, quien se quedó en la propiedad como una forma de disfrutar de sus vacaciones escolares. A pesar del paso de varios días, la empleada afirmó que no tenía mucho trato con el visitante.
En los últimos días, en medio de los quehaceres domésticos, se encontraba lavando la vajilla en la cocina. En esa circunstancia, se acercó el menor desde atrás, tomó de la cintura a la joven y le apoyó sus partes íntimas. La víctima se dio la vuelta, alejó al depravado y le preguntó qué estaba haciendo. La mujer sufrió una crisis de nervios y llanto, tras lo cual agarró sus pertenencias y se retiró de la vivienda.
Los patrones trataron de que regresara, pero les manifestó que no volvería a trabajar porque no quería tener problemas con ellos ni tampoco ver de nuevo al sospechoso.
La víctima realizó la denuncia en contra del adolescente en la Comisaría de la Mujer y la Familia y se dio intervención a la Unidad Fiscal de Delitos contra la Integridad Sexual, que ordenó que se concretaran diversas medidas judiciales.
