La cantora santiagueña Paula Suárez dio a conocer públicamente y a través de un video, los abusos sexuales sufridos por ella y al menos una de sus hermanas -a lo largo de varios años- por parte de su padre, conocido músico y docente santiagueño.
El video dura más de 4 minutos, y en la filmación, Paula cuenta que el objetivo nunca fue denunciarlo ni escracharlo, sino comenzar el proceso de "transformación".
"Mi nombre es Paula Suárez, soy cantora santiagueña. Me resultaba imperioso contarles un proceso familiar que estamos atravesando, que tiene que ver con una parte de nuestra historia, después de muchos años de silencio y de la mano de un libro que escribió una de mis hermanas -Mariana- en pandemia, donde ella empieza a contar esta parte oculta de nuestra historia. Es en ese momento que yo empiezo a reconocerme en esas líneas y empiezo a despertar. Se trata de transformar estas historias nefastas en cosas bonitas a través de la música, del arte, es tremendamente bello. La historia simplemente cuenta de abusos por parte de nuestro padre hacia nosotras... nosotres... Abusos sexuales que se extendieron por varios años en nuestra infancia, preadolescencia, adolescencia... Por supuesto que esto tiene una repercusión en nuestra manera de percibirnos, de percibir a los demás, en nuestros vínculos, en nuestras relaciones, y nos parecía muy importante poder comenzar el trabajo de transformación. Mi padre es músico, docente, y sus víctimas exceden también al seno familiar, y anoche me enteraba que Sadaic lo trae como un 'socio ilustre' a sus jornadas de 'Recitales de Sadaic'. Y eso a mí me dio como una patada en el estómago, como que me retorcí entera de pena, de bronca, de impotencia. Nuestro objetivo como hermanas nunca fue el de denunciarlo, escracharlo, desearle el mal, porque no es por ahí. La única herramienta que hoy tenemos es contar, hablar", relata.
El video completo:
A su vez, Mariana - a quien Paula hace referencia- es autora del libro "Amanecer en Violeta", donde también hace referencia a lo ocurrido. Y Mariana quiso hacer su descargo sobre el video de Paula: "Aprovecho este mensaje para contarles que esta historia forma parte de nuestra infancia, por lo que la denuncia fue hecha en primera instancia por nuestra madre, en Santiago, en el año 1984. Además, en el mismo tiempo, nuestra hermana mayor también trató de buscar la intervención de la justicia, incluso hablando con vecinas y profesoras de la escuela a la que iba. Ella tenía 14 años. Y a quienes pidió ayuda, no supieron qué respuesta dar, dadas las costumbres de la época. Respecto a la denuncia, al ser nuestro padre un hombre con muchos 'amigos', no tuvo un curso favorable. Es más, no tuvo curso. Nos ha llevado mucho tiempo, no solo asumir sino ponernos de acuerdo (¡somos 6!) en contar nuestra verdad. Y la justicia no acompañó este tiempo. La última ley, la ley Piazza, estipula la 'no caducidad' de estos actos, pero en todos los casos que hayan sucedido desde 2011 en adelante. Así que nos queda la justicia social, que es la más importante, porque implica una conciencia. Muchas gracias por las buenas intenciones".