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Opinión Estrategias del oficialismo y la oposición

La polarización es lo que se perfila para las próximas elecciones

Por Guido Braslavsky

Esperaban el famoso “segundo semestre” (de 2016), el “boom de inversiones” producto de un presidente pro-empresa, Macri viajó a Davos y luego armó también el mini-Davos regional en Buenos Aires (esto hace tres semanas). Viajó a Holanda, a España, recibió a mandatarios extranjeros que hace años no pisaban la Argentina, y muchas promesas. Y ahora va por Donald Trump a quien conoce desde los 90, cuando iban a hacer un emprendimiento privado que no prosperó. Si bien mejoró la producción y las exportaciones, tampoco hubo un efecto derrame de los beneficios que recibió el campo por la quita de retenciones.

 

La economía apenas crecerá este año. Del 5% promedio que estimaban los más optimistas, a entre 2,5% y 3%. Como sea, un crecimiento muy moderado, que no alcanza para ganar las elecciones. Otra vez la frase famosa del asesor James Carville en la exitosa campaña de Bill Clinton de 1992:

“Es la economía, estúpido”. Con esta economía, al contrario de la expectativa de hace meses atrás, no se arrastran votos.

Así, los estrategas de la Casa Rosada decidieron dar pelea desde la política. Y empezaron a instalar la idea de la polarización. De la batalla entre “pasado y futuro” que se juega en octubre.

 

Los acontecimientos de marzo a esta parte favorecen esta idea. Primero, las grandes movidas callejeras opositoras, incluido el aniversario del 24 de marzo, el paro de la CGT, la gran marcha docente a Plaza de Mayo. Que a la luz pública y por algunos de sus principales protagonistas quedaron identificados con el gobierno anterior. “El kirchnerismo nos está dando un fuerte envión”, dice una alta fuente del Gobierno. Luego llegó lo inesperado aún para la Rosada: la enorme movilización “ciudadana” del sábado 1 de abril.

 

Sobre este escenario “de la realidad” se montó el Gobierno “con intuición e inteligencia”, dicen las fuentes.

 

“La grieta no hay que cerrarla. Al Gobierno le conviene porque de ‘este lado’ de la grieta queda mucha más gente”, agregan.

Desde el kirchnerismo también se complacen con este escenario, creen que los favorece la comparación con el pasado en que las cosas estaban mucho mejor. “Aun el peor momento fue mejor que esto”, dice el jefe de los diputados K, Héctor Recalde.

 

Habrá que ver si la sociedad acompaña esta polarización en unos meses. Las elecciones de medio término son más abiertas a la hora del voto. Y ni siquiera 2015 con todo lo que estaba en juego, hubo tal polarización.

 

En Buenos Aires, el distrito clave, Sergio Massa busca quebrar este escenario polar. Incluso en el Gobierno creen que si Cristina Kirchner no es candidata, a Massa le crecen fuerte las chances de erigirse en alternativa. Con Elisa Carrió ya definida en la Ciudad , Cambiemos llevaría para senador al ministro de Educación, Esteban Bullrich, y a diputado al médico Facundo Manes. En el Gobierno creen que no hay razón para que Cristina no sea candidata, y esperan ver qué pasará con Florencio Randazzo.

 

“Con 30 puntos, aún si queda segunda, se lleva más de diez diputados nacionales, 30 provinciales, 500 concejales. Yo, jugaría”, se ríe un estratega de Cambiemos.

 

 

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