No hay duda de que estamos atravesando por un momento extremadamente peligroso en la historia. Si se considera el colapso cultural y moral que azota a casi todo el mundo, Europa, los EE.UU., Japón, muchas partes de Asia, África y Latinoamérica, se verá que no sólo estamos hablando de un colapso financiero, sino también de un colapso moral y cultural sin precedentes. Estamos frente a una crisis de la civilización. De diversas maneras, esta crisis moral y cultural es la causa de la crisis económica, debido a que es la mente la que toma las decisiones económicas; es la cultura la que determina el pensamiento de la mente que toma las decisiones económicas; y por lo tanto, se tiene que combinar la perspectiva de una reconstrucción económica global, con la idea de un renacimiento cultural.
Yo creo que la humanidad, por primera vez en la historia mundial, ha llegado al punto en que está toda junta en el mismo bote. En el pasado, había imperios que se desplomaron, como el imperio babilónico, el imperio romano, el imperio bizantino, y muchos otros imperios. Se vinieron, simplemente, abajo. Pero, por ejemplo, cuando se desplomó el imperio romano, hubo también un hermoso período de desarrollo cultural en la India, en la que el sánscrito floreció, y la gente no supo que se había derrumbado el imperio romano.
Pero por una serie de razones, creo que en este momento la humanidad como un todo o logra salir adelante, o perece, debido a las armas nucleares, al SIDA, el cáncer, las comunicaciones.
El mundo está tan estrechamente interconectado que somos una sola civilización humana y, por lo tanto, sólo podremos ganar si tomamos lo mejor de cada cultura, lo mejor de 2.000 años cristiandad, lo mejor de 2.500 años de la tradición de Confucio en China, lo mejor de otras culturas, y las unimos para tener un nuevo renacimiento.
Por lo tanto, creo que los patriotas argentinos deben concentrarse en el problema del sistema educativo para los niños argentinos. Tienen que pensar: ¿Qué tipo de mundo es el que les estamos dejando? ¿Qué medio ambiente? ¿Cuáles son las circunstancias que le está dejando a sus hijos y a sus nietos? Sus niños son una fuente increíble de riqueza y bienestar.
Pudiera suceder que el mundo se hundiera en una nueva era de las tinieblas. Si fracasamos, habrá una contracción de la población, y bien pudiéramos tener una nueva era de tinieblas durante varias generaciones. Fácilmente me puedo imaginar un mundo dominado por las epidemias, las mafias locales, pandillas armadas, el caos y la anarquía.
No tengo ningún problema en imaginar tal desintegración mundial. Pero yo creo que el hombre también está llamado a evitar que esto suceda. Creo que el filósofo alemán Leibniz tenía razón cuando dijo que Dios había hecho a éste el mejor de los mundos posibles, y que cuando el hombre se veía frente a un enorme mal, una gran catástrofe, por su libre voluntad podía desarrollar como respuesta un bien aún más hermoso y poderoso.
Así que les hago un llamado a todos los compatriotas argentinos, si queremos salvar a nuestra Argentina debemos unirnos y tener el coraje y la voluntad de enfrentar a la antipatria y a la gigantesca conspiración mundial que pretende destruirnos.
En la última década el pueblo de la Nación Argentina han sufrido una destructiva agresión por parte del enemigo interno, planificado y ejecutado por los miembros corruptos del gobierno “K”, quienes conjurados con políticos inescrupulosos que durante doce años produjeron un gigantesco vaciamiento económico. Además, hicieron lavado de dinero, compra de cientos de propiedades e inmuebles, estancias y empresas constructoras, todo esto con la complicidad e inmunidad de los delitos cometidos, garantizados por jueces corruptos, coimeados por fabulosas sumas de dinero, con lo que condujeron a grandes riquezas que no pueden justificar ante la justicia; el ataque destructivo al pueblo y a la Nación Argentina condujeron a la destrucción de la economía, y por consiguiente a la pobreza y miseria de millones de argentinos que sufren las consecuencias del gigantesco latrocinio que se manifiesta con el hambre del pueblo y muerte por desnutrición de niños y ancianos.
La enorme agresión sufrida por los argentinos es la más grande ejecutada en 200 años de historia, por la antipatria, el enemigo interno en complicidad con el enemigo externo, que siempre conspiraron para apoderarse de las riquezas naturales conduciendo a la anomia del pueblo argentino.
