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Opinión

Dudas y sombras sobre el anunciado ???triunfo chavista???

El anuncio del Consejo Nacional Electoral de Venezuela —adicto al chavismo y cuestionado en numerosas oportunidades por manipular procedimientos e información a favor del oficialismo—, dando a conocer, a poco de cerrados los comicios del domingo pasado, que en las elecciones para gobernadores se impuso abrumadoramente el partido gobernante (PSUV) “con tendencia irreversible” en 17 estados, de los 22 que estaban en juego, triunfando sólo en cinco distritos los candidatos opositores de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), sorprendió más de la cuenta a quienes esperaban resultados fraudulentos.

 

En efecto, mientras en los últimos días los sondeos de encuestadoras nacionales e internacionales, la opinión de avezados analistas, la observación de políticos y líderes mundiales y el sentido común de ver a un país alzado en multitudinarias manifestaciones callejeras que se realizaron durante todo el año —donde murieron asesinadas más de 150 personas por las fuerzas policiales y militares, en su mayoría jóvenes— contra una dictadura intolerante y represiva, anticipaban una derrota del chavismo en las elecciones regionales, augurando un triunfo de entre el 55% y 60% de los votos a la oposición, pese a las trabas puestas en marcha por el oficialismo, presagiando un comicio opaco y enmarañado, el hecho de que la presidenta del Consejo Electoral, Tibisay Lucena, atribuyera ese porcentaje al chavismo —en lugar de lo que se esperaba para la oposición—, y teniendo en cuenta las anormalidades que se registraron y fueron denunciadas por dirigentes de los sectores antichavistas, suman mayores dudas sobre la normalidad y transparencia que debieron existir durante la jornada electoral, máxime teniendo en cuenta los recursos nada democráticos a los que apeló el presidente Nicolás Maduro, para prolongar su permanencia en el poder, como fue el hecho, el año pasado, de imponer una Asamblea Constituyente —proclive a su gobierno— que intervino sobre la Asamblea Nacional con mayoría opositora.

 

Sin embargo, pese a los anuncios oficiales del “triunfo chavista”, son más las sombras y dudas que dejaron las elecciones del pasado domingo en Venezuela, lo que en lugar de favorecer las condiciones para el diálogo y la estabilidad política, ahondará las diferencias y los enfrentamientos con una oposición más radicalizada, que desde ya no reconoce los resultados, y con una comunidad internacional que no se dejará convencer por las artimañas de la dictadura de Nicolás Maduro.

 

La posición de la comunidad internacional frente a las arbitrariedades del gobierno venezolano se endurecerá mucho más y las sanciones a la dictadura —además de ser considerado un país no apto para las inversiones— serán un “boomerang” para su gobierno por la desconfianza y el aislamiento.

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