Este 8 de junio se cumplen 53 años de la caída de Onganía. En un giro histórico, la junta de comandantes ha decidido destituir a Juan Carlos Onganía de la presidencia de la Nación. El líder dictatorial, que anhelaba gobernar durante dos décadas, no logra alcanzar el cuarto aniversario del golpe que derrocó a Arturo Illia y estableció el régimen militar conocido como Revolución Argentina. Debilitado por la crisis desatada con el Cordobazo y afectado por el secuestro y asesinato de Pedro Eugenio Aramburu, Onganía pierde el respaldo de las Fuerzas Armadas. Su sucesor será Roberto Marcelo Levingston, quien hasta ahora se desempeñaba como agregado militar en Washington.
El ascenso de Levingston a la presidencia marca un cambio en la dirección del país. Con su nombramiento, se espera una nueva estrategia y enfoque en el gobierno. Sin embargo, su mandato será breve, ya que en marzo de 1971 será reemplazado por el jefe del Ejército, Alejandro Agustín Lanusse, tras los disturbios conocidos como Viborazo, que tuvieron lugar en la provincia de Córdoba.
Estos acontecimientos turbulentos reflejan la inestabilidad política que atraviesa Argentina en esta época. El país se encuentra en medio de una agitación social y política, con protestas y conflictos en distintas regiones. La destitución de Onganía y los cambios en la presidencia son un reflejo de los desafíos que enfrenta la nación en su búsqueda de estabilidad y progreso.
La historia continúa en evolución, y el futuro de Argentina sigue siendo incierto mientras el país se esfuerza por encontrar su camino hacia un gobierno estable y democrático.
Muerte
Exactos 25 años después de su caída, el exdictador Juan Carlos Onganía deja de existir a los 81 años. Exponente del ala nacionalista-católica del Ejército, emergió como figura dominante en el conflicto de azules y colorados en 1962. Fue jefe del Ejército desde ese año hasta fines de 1965, cuando pasó a Retiro y Arturo Illia pensó que se desactivaba la posibilidad de un golpe. El derrocamiento se produjo el 28 de junio de 1966. Onganía se hizo cargo del gobierno de facto, corporativo y marcadamente conservador, que al mes de asumido perpetró la Noche de los Bastones Largos al intervenir las universidades. El Cordobazo acabó con sus sueños de eternizarse en el poder, a lo que se sumó el cimbronazo de la Operación Pindapoy, el secuestro y muerte del general Aramburu a manos de Montoneros, tras lo cual fue removido.
