Cada 28 de julio se conmemora en Argentina el Día del Orgullo, una fecha que recuerda un hecho clave en la historia de la diversidad sexual en el país. Si bien el Día Internacional del Orgullo se celebra el 28 de junio, en memoria de la revuelta de Stonewall en Nueva York (1969), en Argentina el 28 de julio tiene un significado local propio: en 1971, se publicó el primer boletín del Frente de Liberación Homosexual (FLH), una de las primeras organizaciones LGBTIQ+ del país y de América Latina.
Este documento, titulado “Nuestro Mundo”, marcó el inicio de una militancia visible y organizada en tiempos de fuerte represión social y política. En ese contexto, el FLH impulsó un discurso pionero que desafiaba la criminalización y patologización de la homosexualidad, reclamando libertad, igualdad y el fin de la persecución.
Una fecha con identidad nacional
Aunque la Marcha del Orgullo en Argentina se realiza cada noviembre, en conmemoración de la fundación del FLH en 1969, el 28 de julio fue elegido por activistas, historiadores y colectivos como un hito simbólico nacional. Desde entonces, la fecha busca reivindicar las luchas locales por los derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersexuales, queer y no binarias, y recordar que el orgullo también es memoria y resistencia.
Un orgullo con historia
El Día del Orgullo en Argentina es también una oportunidad para reflexionar sobre los avances logrados —como el matrimonio igualitario, la ley de identidad de género, y el cupo laboral travesti-trans— y sobre los desafíos pendientes en materia de inclusión, acceso a la salud, el trabajo, la educación y la justicia.
