El actual conflicto bélico entre Rusia y Ucrania impacta de distintas formas en la economía argentina, debido a su relación dentro del comercio internacional. El efecto, según especialistas, podría ser doble: por un lado el aumento del precio de las commodities agrícolas y por el otro, el aumento de precios internacionales del petróleo y el gas, generando una presión inflacionaria. Sobre el impacto en precios del combustible y demás, dialogó en exclusiva con Nuevo Diario el Dr. Pedro Llorvandi, presidente de la Cámara de Expendedores de Combustibles Líquidos y GNC de Santiago del Estero.
También es secretario de la Confederación CECHA que aglutina junto a Expendedores Unidos más de 5.000 estaciones de servicio líquidos y GNC en todo el país y brindan fuentes laborales a más de 65.000 trabajadores y trabajadoras del sector.
Primeramente, dijo: “Esta guerra que se ha desatado entre Ucrania y Rusia es realmente algo muy complicado, lo que va a hacer es que se ponga más volátil el precio del crudo internacional -que se congelaron los precios virtualmente del combustible en Argentina desde el año pasado- estaba en 55 dólares el barril de petróleo internacional y de ahí empezó a subir. Cerró el año a 85 dólares el barril y hoy supera los 99 dólares (hasta el cierre de la edición 99,5 dólares) los pronósticos eran que con el advenimiento de esta guerra iba a pasar holgadamente los 100 dólares el barril. Por eso estamos esperando una suba importante en el precio del petróleo y si llega a pasar los 102 o 103 dólares no sabemos cuál va a ser el techo, esto va a poner muy nervioso el mercado internacional y va a crear una presión muy importante en las petroleras en la Argentina, yo creo que es insostenible la situación, debido al congelamiento de precios que se dio y por lo tanto se ve muy atrasado con respecto a otros países”.
El petróleo ahora está a 99,5 (suba del 7,70%) dólares en precio internacional; El mismo se compra y se vende a precio internacional, porque se cotiza en bolsa internacional igual que el sorgo, la soja, el café, el maní. “Yo creo que en los primeros días de la próxima semana vamos a tener la realidad de lo que va a pasar con el combustible, pero indudablemente la tendencia va a ser –con este enfrentamiento bélico- alsista”, sostuvo.
“Lo que hace esta guerra es crear una incertidumbre en los mercados que se ponen nerviosos y volátiles, lo que significa que empiezan a incrementar y pedir precios altos, por lo que el mercado va demandando más. Empresas que al no tener problemas de stock o de estacionalidad, empiezan a comprar por sobre su necesidad de consumo y esto hace que el mercado se vea más demandado en cuanto al producto, lleva a la alza inmediata del precio de ese producto. Con lo cual ante este conflicto, hay empresas que creen que su producto de consumo va a poder tener alguna escasez, lo que van a hacer es tratar de sobrestockearse. Esto lleva en cadena todo. Uno ve lo que sucede con su producto pero por el otro lado está atento a los otros productos que están ligados a él, por lo cual se está alerta ante la suba que en cualquier momento le llega al producto de uno. Y esto lleva indefectiblemente a la alza de todos los productos en general, tanto los agrícolas, cárnicos como los energéticos”, explicó.
Por otro lado, hizo referencia a la situación que vive el sector ante la alerta pronunciada a fines de enero por el congelamiento de precios del combustible en Argentina, a lo cual añadió: “Nuestro sector la viene pasando mal y duro, porque realmente hemos tenido un virtual congelamiento de precios. Si bien fue un convenio entre el gobierno nacional y las petroleras que vencía el 1 de diciembre, pero terminó venciendo los primeros días de febrero. Esto ha atrasado el precio de los combustibles a nivel Argentina con respecto a los países limítrofes. Por ejemplo, venir de Uruguay a Argentina o de Chile a Argentina, pagas aquí el tanque lleno al precio de lo que ellos pagan un tercio del tanque en su país. Eso quiere decir que prácticamente el valor del precio del combustible en Argentina está a un 40% del valor del combustible en cualquier país limítrofe. Esto está imposibilitando cualquier nueva destilación o cualquier inyección de combustible externo que necesita el país, porque nadie va a ir al exterior a traer combustible destilado o petróleo al valor del crudo internacional cuando aquí hay un precio distinto no acorde a los precios internacionales. Y mientras haya producto no va a haber problema, el tema va a ser cuando haya escasez de producto; Y eso se dará cuando arranque el tema de la siembra”.
“Eso se sintió muy problemático el abastecimiento de gasoil por la falta de combustible en todos los lugares de sembradío, sobretodo en lugares de Santiago como Quimilí, Sachayoj, Bandera, Monte Quemado y en todos los lugares donde hay una gran cantidad de hectáreas agrícolas; Y por otro lado, el hombre de campo apenas ve lluvia comienza a trabajar la tierra para la fumigación, la tierra, la preparación y ahora viene el tema del mantenimiento y la cosecha. Ya con el país en marcha, se han terminado las fronteras interprovinciales, con la libre circulación que hay en el país, la perspectiva es que esto no pare y que la actividad continúe, lo que va a demandar mucho más combustible para los camiones, las fábricas, entre otras”, siguió.
Por último, agregó: “Argentina no se autoabastece de combustible hace más de 15 años, necesita entre un 20% y un 25% de su consumo local, o de traerlo de afuera o con destilado o petróleo para poderlo destilar”.
Al 30 de diciembre del 2021 las petroleras hablaban de un 30% de atraso en los precios de los combustibles, el cual se redujo en un 9% en los primeros días de febrero, con lo que quedó un 21%. “Por lo menos ahí necesitas dos aumentos más de un 9% cada uno, y a eso le tienes que sumar la inflación del año 2022 que viene acarriando, más el aumento del dólar oficial y del barril del petróleo. Todos estos precios tarde o temprano va a impactar en los precios de los puntos de venta de combustible. Lo que nosotros creemos es que es preferible y deseable que el aumento se haga de una forma ordenada, escalonada, que se recupere volumen y precio para que la actividad no se vea disminuida, porque lo peor que le puede pasar al hombre de campo es que vaya a buscar combustible y no lo pueda encontrar”, agregó.
