Ayer, el papa Francisco se expresó a través de Internet sobre “el uso” de las redes sociales, muchas veces para la violencia, pero no solamente física, sino también para la discriminación, la exclusión, la separación de los pueblos, el caos.
Al respecto, el licenciado en Ciencias Políticas, Diego Ramos, brindó una reflexión y perspectiva.
Para comenzar, planteó el interrogante sobre desde qué lugar habla el Sumo Pontífice cuando hace declaraciones como estas, a lo cual agregó que “el Papa desde hace tiempo viene bregando contra todo tipo de expresiones y acciones que manifiesten indicios de violencias contra la humanidad y el ecosistema. Tanto el documento de Laudato Si, como el de Fratelli Tutti, son invitaciones a asumir el gran desafío del diálogo, de encuentros y reconocimientos, con toda la creación amenazada bajo el concepto negativo del poder, entendido como sinónimo de dominación y depredación. Tal vez esto de ser fecundos, de multiplicar, llenar la tierra y sojuzgar, ejerciendo dominio sobre todo lo que se mueve en la tierra (como lo expresa el Génesis), sigue bajo la matriz del concepto negativo del poder”.
“No me sorprende que cada vez más, el Papa se meta en temas tan complejos, ninguna teología es inocente o neutral, mucho menos la teología política de Francisco que aborda este tema en donde lo señala y lo denuncia, como otros tantos temas más, desde una nueva teología política que tiende a desenmascarar y cambiar los prejuicios, las discriminaciones, estigmatizaciones y todo tipo de atropello contra la dignidad humana. Por ello no me parece casual que salga a advertir sobre los tonos agresivos que se utilizan en las redes sociales, perdiéndose el respeto hacia el ´otro´, dando noticias falsas con el solo afán de destruir a su adversario”, agregó.
Acerca sobre qué tipo de diálogo propone Francisco, añadió: “Si tomamos las últimas declaraciones, vemos cómo expresa que el diálogo no es sinónimo de relativismo, sino que siempre el diálogo social presupone la capacidad de respetar el punto de vista del otro con profunda sinceridad. No cabe duda que se manifiesta contra el relato del posmodernismo que nos habla de la muerte de las grandes narrativas, el fin de toda posible fe en la verdad, de la historia, del progreso, la razón o la revolución; más allá de la posmodernidad pretende mostrarse como liberadora”.
Por último, marcó: “La teología política de Francisco, a mi modo de ver, es la de-construcción de la visión posmoderna que nos incita a tener una actitud puramente pragmática o irónica hacia el mundo o, la de evitar el compromiso público para dedicarnos a nuestros propósitos privados. Entonces, las redes sociales aparecen como ese ámbito propicio de “un nuevo campo de batalla” muy alejado con todo aquello que promueve la cultura del encuentro, tal como lo expresa Francisco”.
