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Opinión #Opinión

¿LIBERTA???NGOS?

La pregunta surge en muchos reportajes: con el fastidio de la gente con todo lo que está pasando, la pandemia, la situación económica ¿puede haber un voto crítico de la política por derecha? La respuesta es: puede, pero por ahora no lo veo mucho. ¿Cuáles son las claves de su eventual potencial?

 

 

1- En una elección legislativa, el voto tiende a fragmentarse más. Al no sentir la mayoría el peso de la responsabilidad de elegir un ejecutivo, una parte importante se relaja y hace un voto más por gusto personal, dándole una oportunidad a expresiones minoritarias. Eso ha sucedido muchas veces, sobre todo en los grandes distritos, como sucedió con Luis Zamora o “Pino” Solanas en CABA.

 

 

2- La fragmentación es mayor o menor en función de qué mensaje quiere dar la mayoría. Si existe un deseo mayoritario de que el oficialismo gane o pierda, la probabilidad de que fluyan votantes hacia los terceros y cuartos se reduce, sobre todo en este sistema de “doble vuelta” de PASO y general.

 

 

3- Cuando parece que hay un seguro ganador, sea quien fuera, en una legislativa se refuerza el “voto por gusto” hacia alguien por el que se simpatiza, más allá de la adscripción ideológica y partidaria.

 

 

4- Los terceros, cuartos o quintos pueden favorecerse o no dependiendo de lo simpática que sea su oferta. Un exvendedor de libros que viaja en colectivo como cualquier ciudadano tiene más posibilidades de concitar simpatías que una candidatura vehemente.

 

 

5- Todo este juego tiene algún potencial mayor en los distritos grandes, donde existe una gran concentración poblacional, y las figuras antistatus quo tengan alguna posibilidad aritmética de colar un diputado (que será más bien testimonial cuando llegue a la Cámara de Diputados). Por eso, la probabilidad es más alta en CABA y GBA que en la provincia de Santa Fe.

 

 

6- La probabilidad de que una tercera, cuarta o quinta fuerza surja con alguna fuerza dependerá de cuán extremo sea ideológicamente y si existe o no una fuerza moderada o de centro que capte voto útil. Este escenario podría ser el de la Provincia de Buenos Aires si a las previsibles candidaturas de Espert y Del Caño –en los extremos ideológicos- se suma una alternativa como la del exministro de los documentos y los trenes, Florencio Randazzo.

 

 

7- En todos estos casos, las etiquetas partidarias o ideológicas son muy relativas, concentrándose ese segmento swinger (oscilante) en las personas que se postulen. No es lo mismo Berni que Bullrich, aunque parezca que ambos compiten por el mismo espacio del issue. Por eso, es extraño que haya un destacado porcentaje que en las encuestas respondan que votarán por los “libertarios”, cuando eso no surge en los grupos focales (donde los entrevistados tienen la oportunidad de expresarse más a fondo, con matices y reaccionando a los estímulos de una conversación, cosa que no sucede en un estudio cuantitativo).

 

 

Acá llegamos a un punto sustancial, ya que el fenómeno de la pandemia es inédito y vuelve más difícil las predicciones a partir de un estado de ánimo muy particular. Para que los independientes y moderados se inclinen por una opción política en uno de los extremos, tienen que suceder dos cosas:

 

 

1- debe haber un estado de bronca y enojo (cosa que no sucede en la actualidad, como ya lo hemos señalado en otras columnas), y

2- no debe haber una opción moderada con potencial (como un peronismo de centro).

 

 

En función de esto, las probabilidades del tándem Espert – Milei se reducen. Mucho más aún si existiesen peleas internas (como las que están detectándose) y/o surgiese algún hecho que pusiese en duda la austeridad republicana de la opción (cosa que está ocurriendo a partir del affaire del avión usado por Espert en su campaña presidencial). No obstante lo comentado, es el electorado el que juzgará la veracidad de tales cuestiones.

La sociedad argentina en sus diversas crisis posconvertibilidad demanda más Estado, no menos, lo cual per se le pone un techo a cualquier vertiente de posiciones extremas hacia la derecha. Ya está verificado que en esta coyuntura histórica la mayoría está premiando a los moderados de ambos polos principales.

 

 

Los tangos se bailan de a dos e implican mucho cruces de piernas. Demasiado complicado para una sociedad tan angustiada.

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