La tradicional práctica de usar monedas para acceder a los carritos de supermercado en España podría estar en vías de extinción, gracias a la innovación tecnológica. Los avances en tecnologías como la Comunicación de Campo Cercano (NFC, en inglés) y los códigos QR se están posicionando como clave en la transformación de la experiencia de compra, haciendo que el uso de carritos sea más sencillo y seguro.
El NFC permite la transferencia de datos de forma inalámbrica a corta distancia, mientras que los códigos QR, esas matrices bidimensionales, almacenan mucha información accesible mediante un escaneo con un smartphone.
Esta modernización tecnológica, cada vez más integrada en nuestra vida diaria, está preparada para debutar en los supermercados de España. Su objetivo es doble: facilitar el uso de los carritos de compra y agilizar las transacciones, a la vez que proporciona valiosa información para estrategias de fidelización de clientes, de acuerdo a lo que plantea una nota de La Grada Online.
La nueva tecnología en los carritos de la compra
La implementación de estos carros de compra modernizados en los supermercados aún tiene detalles por definir, indica El Cronista. El procedimiento para desbloquear un carrito implicará acercar un teléfono a un lector NFC o escanear un código QR en el carro. Esta acción identificará al usuario y se cobrará una fianza, que se devolverá al finalizar la compra.
Una característica destacada de esta tecnología es la posibilidad de pagar directamente desde el teléfono, sin pasar por caja. Los productos se registrarán automáticamente en el carro, y el pago se realizará utilizando nuevamente el NFC o el código QR. Este sistema, ya en uso en otros países, podría ser una realidad en España pronto.
La integración del NFC y los códigos QR en los carritos de la compra ofrece una experiencia más fluida y segura para los clientes, eliminando la necesidad de monedas y simplificando el proceso de pago.
Además, esta tecnología permite a los consumidores realizar sus compras de manera más eficiente, evitando colas en caja y reduciendo el tiempo de compra.
La recopilación de datos sobre las preferencias y hábitos de compra de los clientes posibilita estrategias de marketing más personalizadas. Los supermercados podrían usar esta información para ofrecer promociones y descuentos específicos a cada cliente, fortaleciendo la relación entre consumidores y comercios.