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A 20 años de su partida, Santiago recuerda a Koli Arce, el cantor del pueblo

El 29 de mayo de 2005 fallecía Mario Cecilio Arce, referente leyenda indiscutida de la música popular santiagueña. Su legado sigue vivo en cada fiesta, en cada barrio, en cada corazón que alguna vez bailó al ritmo de su música.

Hoy se cumplen 20 años del fallecimiento de Mario Cecilio “Koli” Arce, uno de los artistas más queridos y representativos de la música popular de Santiago del Estero. Su nombre quedó grabado para siempre en la memoria colectiva como el pionero que llevó la guaracha santiagueña a escenarios de todo el continente, sin dejar de lado nunca su raíz barrial ni su amor por su gente.

Nacido el 19 de enero de 1954, Koli inició su vínculo con la música desde muy pequeño. A los 8 años ya se animaba a cantar, y a los 10 conquistó al público de Radio LV11 al ganar un concurso musical interpretando folclore. Fue con la zamba “Angélica” que se destacó inicialmente, demostrando una sensibilidad especial que con el tiempo se transformaría en su sello.

Sin embargo, sería con la música tropical donde alcanzaría su mayor proyección. Junto al Quinteto Imperial, con el que compartió más de 30 años de trayectoria, y más adelante con su carrera como solista, Koli Arce revolucionó la escena local con su inconfundible estilo de guaracha, mezclando picardía, romanticismo y relatos cotidianos.

 

Sus canciones, como “Punto final”, “Qué hacemos, qué hacemos”, “Ángel o demonio”, “Traguitos cortos”, “Atracción fatal”, “Mujer endemoniada” o “Doble vida”, entre tantas otras, se convirtieron en himnos populares. Cada una de ellas contaba una historia, una vivencia que conectaba con el público desde lo más íntimo, con ese lenguaje simple y directo que solo un verdadero artista del pueblo puede lograr.

Su vida y obra estuvieron siempre ancladas en Santiago del Estero, más precisamente en el barrio Primera Junta, donde creció y donde también lo recuerdan con orgullo. Antes de dedicarse de lleno a la música, trabajó en el Mercado Armonía, uno de los espacios más populares y simbólicos de la ciudad. Allí escuchó historias, compartió alegrías y tristezas, y sin duda nutrió su arte con la vida cotidiana del santiagueño común.

Pero su talento no se quedó en la provincia: llevó la guaracha santiagueña a países como Colombia, Paraguay, Uruguay y Bolivia, donde fue recibido con entusiasmo y donde también dejó su huella.

Hoy, dos décadas después de su partida física, Koli Arce sigue presente en cada fiesta, en cada radio, en cada reunión donde su música anima el alma popular. Su legado no solo se mide en discos o canciones, sino en la identidad cultural que ayudó a construir, en esa mezcla de humildad, carisma y talento que lo hizo inolvidable.

Koli no fue solo un cantante; fue un narrador de historias, un cronista musical de su tiempo, un artista que supo ponerle melodía y ritmo a la vida de los santiagueños.

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