
En 1836, el médico James Caleb Jackson, un gran defensor de la buena nutrición, creó la primera receta de lo que más tarde sería la granola. Su plato (al que llamó “granula”) consistía en trocitos densos y sin endulzar de salvado, sumergidos en leche. Sin embargo, si Jackson estuviera vivo en este momento, es muy poco probable que reconociera la versión moderna de su invento.
A pesar de su reputación como un desayuno saludable, la granola se ha convertido en nada más y nada menos que un postre. A menudo las variedades comerciales de granola traen tanta azúcar añadida que compiten con una rebanada de pastel de chocolate.
Por su lado, las recetas caseras no suelen ser mejores, pues requieren grandes cantidades de azúcar refinada, miel de maple, miel de abeja y otros endulzantes. Los cereales y las barras de granola se comercializan como sanos y naturales, o como hechos con granos enteros, lo que crea un aura saludable alrededor de esos productos. Pero los expertos sostienen que son comida chatarra disfrazada.
Incluso los lineamientos federales de Estados Unidos para la dieta clasifican a la granola como un “postre a base de granos”, y la ubicaron en la misma categoría que las galletas, las donas y los pasteles.
Una encuesta realizada este verano por The New York Times reveló que la mayoría de los estadounidenses pensaban que la granola y las barras de granola eran “saludables”, aunque la mayor parte de los expertos en nutrición no consideren lo mismo.
“Cuando pienso en granola, imagino montones de azúcar”, afirma Cassie Bjork, una dietista certificada que escribe un popular blog sobre salud.
“Se anuncia como una elección saludable, pero la verdad es que por lo general no lo es”.
La granola puede suponer un problema, ya que puede llegar a contener muchos azúcares. Así que es conveniente que le eches un vistazo a la etiqueta con los valores nutricional, es para evitar los siropes con mucha fructosa. Mejor que la granola que compres no pase de los 8 gramos de azúcar por porción, o incluso menos.
Hay un gran debate sobre si la granola es o no el cereal más sano, pero para poder confirmar o desmentir cuáles son los mejores cereales para desayunar, antes hay que echar un vistazo a la información nutricional.
Hay buenas noticias: la granola es rica en fibra y hierro, y los frutos secos y las semillas que la acompañan aportan grasas saludables y proteínas. Pero también las hay malas, ya que la granola tiene muchas calorías y azúcares.
Sin embargo, eso no quiere decir que la granola esté prohibida en un desayuno sano. Simplemente hay que saber elegirla bien. Por eso, aquí van unos cuantos consejos para que no tengas que preocuparte y sigas una dieta equilibrada y saludable.
La granola es fuente de grasas saludables, buenas para el corazón, como el omega 3. Son las semillas y los frutos secos los encargados de aportarlas, pero hay que tener cuidado: hay granolas con grasas añadidas.
Por eso, vigila que la granola que compres tenga entre 2 y 3 gramos de grasa por una porción de un cuarto.
Muchas variedades de granola tienen aceites hidrogenados que hay que evitar. Los aceites hidrogenados contienen muchas grasas saturadas, por lo que no son buenos para el sistema cardiovascular. Pero hay alternativas más saludables como el aceite de coco o el aceite de oliva.
Para poder saber las cantidades de los nutrientes esenciales que contiene la granola que vas a comprar, y no tener ninguna sorpresa no deseada, lee bien la información nutricional.
A veces la granola contiene inulina, una fibra soluble que puede llegar a causar problemas digestivos.