Cuando John Cornin, un joven americano con síndrome de Down, terminó la secundaria tuvo muy claro sus pasos a seguir: quería convertirse en emprendedor. Si bien en un principio no sabía con qué proyecto iba a lanzarse al mundo de los negocios, siempre estuvo convencido de que para triunfar necesitaba conseguir un producto “divertido”.
Tiempo después, y con ayuda de su padre Mark Cronin, John levantó las persianas de ‘John’s Crazy Socks’, una tienda online de medias coloridas que en muy poco tiempo llegó a conquistar a clientes de la talla del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y del ex presidente de Estados Unidos, George Bush.
A tan sólo un año de su lanzamiento el negocio ha conseguido una facturación cercana a los US$1,4 millones, y actualmente en el sitio web de la marca pueden conseguirse más de 1200 modelos para mujer, hombres y niños.
Su padre, egresado de Harvard, coincide con que su hijo siempre ha sido una pieza fundamental. “John trabaja muy duro en la empresa. Normalmente estamos en la oficina antes de las 9am y habitualmente no nos vamos antes de las 8pm”, precisaba Mark en esta misma entrevista.
Tanto es así que según han explicado los creadores de la marca, John fue desde el comienzo el encargado de generar iniciativas capaces de imprimirle a la empresa un toque diferente.
Por ejemplo, cada uno de los pedidos que la compañía envía a sus clientes van acompañados con un especial mensaje de agradecimiento por haber contribuido con su proyecto.
Y es que además de haberse convertido en un negocio altamente rentable, el emprendimiento que comanda la familia Cornin también tiene fines solidarios: el 5% de cada una de las ventas de la empresa se destinan a las Olimpiadas Especiales, y de la mano de un diseño especial -conocido con el nombre de “calcetines conscientes”- juntan fondos para la Sociedad del Síndrome de Down y la del Autismo de su país.