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El País Juicio

“Me quiero sacar esta m... de adentro”, dijo la víctima de Alperovich

La abuela de la joven declaró ante el tribunal que lleva adelante el juicio contra el ex gobernador de Tucumán-

El juicio oral contra el ex gobernador de Tucumán José Alperovich por abuso sexual, que comenzó la semana pasada, se reanudó con el desfile de los primeros testigos. Son más de 80 los que están en los listados previsto por el tribunal. El juez Juan Ramos Padilla, a cargo del tribunal, ya escuchó las palabras del acusado negando los hechos y de la víctima que, a puertas cerradas, detalló lo ultrajes. Lo que viene a partir de ahora es la reconstrucción del círculo que rodeó a víctima y a acusado, junto a los peritos y psicólogos que permitan determinar cuál fue el escenario.

En ese contexto, el tribunal escuchó este jueves a Ana María Navarro, abuela de la víctima. Sus dichos sirvieron para brindar un pantallazo de cómo la joven llegó a trabajar con Alperovich, qué relación familiar los unía y cómo era la vida de la joven antes y después de la denuncia. La mujer también retrató los diálogos con su nieta: cómo le contó que había sido abusada y por qué lo denunció.

Alperovich había sostenido que no era familiar de la víctima. La testigo, sin embargo, explicó que su marido había sido un padre para Alperovich (“era el primer sobrino y ahijado”) y relató cómo el ex gobernador la había acompañado cuando su pareja falleció. “Era una relación muy estrecha”, dijo. Ese vínculo, no obstante, dijo que se cortó cuando Alperovich se metió en política, publica Infobae.

Su nieta, detalló, empezó a trabajar en el archivo histórico de la provincia, pero poco después pasó a trabajar en un puesto en relaciones institucionales. Fue así que tuvo que ir con su jefe a una reunión en la cárcel donde estaba el entonces gobernador. “Él le preguntó a su secretario quién era esa chica. Y su secretario le dijo que era hija de su primo hermano”, afirmó. Luego, la joven asistió al velatorio del padre de Alperovich. “José dijo que quería trabajar con ella”, afirmó la mujer.

Su nieta se entusiasmó porque “pensó que iba a aprender” y “estaba muy contenta”. Pero a la familia no le gustó. “No queríamos que estuviera en política. Era un entorno diferente al nuestro, peligroso, ni a mí, ni a la madre ni a las tías nos gustaba la idea. Mucha corrupción, mucho todo se puede… No estábamos preparados para eso. Pero de alguna manera me tranquilizaba que ahí iba a estar José, para mí era una garantía”, declaró.

Según relató, a la joven la pasaban a buscar a las 7 de loa mañana por su casa y volvía tarde. El trabajo se fue volviendo “intenso” y ella “ya no estaba tan presente, cada vez tenía menos vida personal”. “Vimos que ella estaba cambiando. Nos fuimos dando cuenta. Lo comentábamos en familia. Adelgazaba, llegó a bajar 10 kilos. Para nosotros era preocupante. La veíamos así…sin vida”, afirmó. “Más allá del agobio laboral, ¿la veía feliz?”, preguntó el fiscal Sandro Abraldes. “No. En un momento la vi muy angustiada. Vino a mi balcón y lloró, no se sentía bien”, dijo. Sin embargo, no le contó nada.

Un día Navarro volvía de un congreso por su profesión y en la fila del avión se cruzó con Beatriz Alperovich, esposa del gobernador. “Ella se acercó a mí y me dijo ‘una nieta tuya trabaja con nosotros… Divina’”. Al día siguiente, su nieta tocó el timbre de su casa (vivían en el mismo edificio) y se produjo el siguiente diálogo, según la testigo.

-”Me fui del trabajo”

-”¿Por qué?”

-”Abuso”.

-”¿Qué tipo de abuso?”

-”Abuso sexual”.

-”¿De quién?”

-”De él”

“Yo me quería morir”, dijo la mujer ante el tribunal. La abuela le preguntó por qué no se lo había contado antes. “No podía”, le contestó. Navarro contó que quedó “muy sorprendida” y “no lo podía creer”. " Cómo esa persona que mi marido lo tenia como un hijo más… Cómo se había olvidado que ella era la nieta del hombre que el quiso como un padre…. No me entraba en la cabeza que ella no lo pudiera decir (antes)”, acotó.

La fiscalía le preguntó si la víctima le había dado detalles de los hechos. “No pudimos preguntar. Ninguno de la familia. Ella solo me contó que él le decía que se sentara al medio en el asiento de atrás. El metía su mano por sus piernas y le decía esto a mí me energiza. Ella miraba al chofer y le pedía con la mirada lleguemos rápido. Es lo único que me contó. Otra cosa que supe es que el día que vino a Buenos Aires y fue a Puerto Madero, él le contaba de su relación con su padre y su madre hasta llegaron al departamento. Ella pensó que iba quedarse sola, pero no. Y que esa situación fue muy difícil”.

La abuela también contó un diálogo con la joven después de esa revelación, cuando le preguntó cómo iba a seguir.

-”Tengo que denunciar en la Justicia”, le dijo su nieta

- “¿Por qué? ¿Por venganza?”, le pregunté.

´“No, me quiero sacar esta mierda que tengo adentro”.

-”Pero no hay justicia... No sé si tenés estructura psíquica para enfrentarte a un poderoso”

-“No me hables así, abuela, me hace daño”.

-“Discúlpame, es la realidad”, acotó.

La mujer precisó que “pasaron dos o tres días” y su hija la llamó para decirle “estalló la bomba”. La joven se había presentado en la justicia y su casa era una nube de personas y abogados. Era 2019 y la joven F.L. había hecho pública la carta en donde denunciaba los abusos que sostienen la acusación: tres hechos de abuso sexual -dos de ellos cometidos en tentativa- y seis sucesos de violencia sexual agravada por haber sido con acceso carnal.

Al momento de procesarlo, el juez Osvaldo Rappa tuvo en cuenta decenas de chats de WhatsApp incorporados a la causa entre la denunciante y sus compañeros de trabajo. Pero también las conversaciones con Alperovich. “Mi vida podrías ser un poquito más cariñosa, por ejemplo buen día, como amaneciste, aunque no lo sientas”, “sos mi dueña”, “te amo mucho”, y “te voy a proteger siempre”, son algunos de los mensajes que figuran en el expediente.

Alperovich negó las acusaciones. “Le pido autorización a usted. Sé que todos dirán lo mismo, pero yo quiero decirle, señor juez, que tengo 68 años, 11 nietos, 4 hijos, y quiero la verdad porque esto me mató. Con todo el respeto que le tengo al Poder Judicial, quiero la verdad y le pido que preste atención, señor juez, si puede, o el señor fiscal, a todas las pruebas”, le dijo al juez la semana pasada, al inicio del juicio.

En la indagatoria que prestó en 2022, también afirmó: “No abusé de FL”, “es falso que yo buscara deliberadamente estar a solas con ella, para supuestamente atacarla”, y ella “no era una persona sumisa” y se preguntó por qué no había regresado a su puesto en la administración pública de Tucumán si era planta permanente “si había sido violada y abusada”.

Y tras denunciar que la joven borró sus chats, Alperovich afirmó: “después de renunciar, ella se dedica a fabricar pruebas. Señor juez, hay una prueba que también le quiero contar. Ella había hablado con un publicista y les contó del abuso sexual (...). Esta causa fue armada”.

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