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El País

Hogares al límite: la morosidad roza el 80% del total del endeudamiento familiar

Un relevamiento nacional reveló que el 56% de los hogares ya destina entre el 40% y el 60% o más de sus ingresos mensuales al pago de deudas.

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Crédito: Digital Chubut

El 90% de la población argentina está endeudada y casi tres de cada cuatro deudas activas se originó en 2024, primer año de gestión de la Libertad Avanza. En ese marco, la situación financiera de los hogares es alarmante: las deudas impagas (en mora) representan el 76% del total y crecieron 6 puntos las que ya están en instancia judicial. Asimismo, aumentó el porcentaje de personas embargadas (+4 puntos) profundizando el deterioro general de la capacidad de pago. Como resultado, el 56% de los hogares destina entre el 40% y el 60% o más de sus ingresos mensuales al pago de deudas.

“El endeudamiento en Argentina ha dejado de ser una herramienta transitoria para convertirse en un fenómeno estructural. La creciente utilización de crédito para satisfacer necesidades básicas como la alimentación, revela un empobrecimiento de los hogares que va más allá de la coyuntura”, señaló un relevamiento nacional al que accedió este medio.

De este modo, el sobreendeudamiento erosiona los ingresos disponibles y da lugar a un círculo vicioso donde las familias terminan -por ejemplo- tomando créditos bancarios para refinanciar deudas de tarjetas de crédito. En otras palabras, se evidencia una cada vez mayor dependencia del crédito para sostener el consumo básico del hogar. Esto podría agravarse, incluso, en el contexto actual donde el gobierno libertario incentiva el endeudamiento de los hogares en moneda extranjera.

 

Deuda, mora y embargos: alerta familiar

En un contexto económico signado por una inflación que, aunque desaceleró, se mantiene en niveles elevados y la consecuente pérdida del poder adquisitivo de las familias, el endeudamiento ocupa un lugar central de las economías domésticas, y no solo transitorio sino como problema estructural sostenido en el tiempo.

Así lo demuestra un informe privado que alertó que el 91% de los hogares del país está endeudado y, no es menor, casi 7 de cada 10 tiene entre dos o tres deudas contraídas. “La mayoría de los hogares endeudados mantienen múltiples compromisos financieros simultáneos. En comparación con 2024, ha aumentado el número de hogares con más de tres deudas (de 8% a 12%), lo que refleja una mayor fragmentación y recurrencia del crédito como estrategia de subsistencia”, señalaron desde el Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas (IETSE) desde donde encuestaron, durante este mes, a población de las 24 jurisdicciones del país para dar cuenta del nivel de endeudamiento familiar.

Respecto de la composición de esas deudas, encabezan las tarjetas de crédito (30,5% del total), seguidas por pagos de servicios privados (10,5%), fiado en comercios (8,8%), impuestos y expensas (8,5%), familiares/amigos (8,4%), y el pago del alquiler (8%). También aparecen en el listado de las principales las deudas bancarias (7,2%), con servicios públicos (5,7%), prepagas (4,8%, educación privada (4,5%) y con financieras/prestamistas (2,1%). En el caso puntual de las deudas bancarias se destacó que el 34% tiene que ver, justamente, con la refinanciación de tarjetas (créditos personales: 19%, créditos prendarios: 14% y créditos Hipotecarios: 6%).

Un factor clave para entender el impacto del endeudamiento de las familias en el tiempo tiene que ver con la situación en la que se encuentran esas deudas: las impagas (en mora simple o judicial) escalaron hasta representar el 76% del total. En detalle, en mora simple (48%); en instancia judicial (28%), y deudas regulares (24%). El avance hacia instancias judiciales indicó en mayo un incremento de 6 puntos respecto del año previo, reflejando “una suba preocupante de la crítica situación financiera de los hogares”, advirtieron los especialistas.

Si se mira el estado de situación respecto de embargos sobre sueldos y/o bloqueo de cuentas bancarias por deudas impagas ya llega al 15% del total de endeudados, esto implica que la cantidad de personas embargadas por deudas ha aumentado en cuatro puntos en solo un año, dando cuenta de un fuerte deterioro de la capacidad de pago de los hogares.

Lo anterior se entiende mejor al poner la lupa sobre el porcentaje de ingresos destinados al pago de deudas: el 56% de los hogares destina entre el 40% y el 60% o más de sus ingresos mensuales al pago de deudas. “El incremento respecto a 2024 muestra cómo el sobreendeudamiento erosiona los ingresos disponibles”, agregaron desde el IETSE.

 

Política libertaria: menos consumo y más “tarjeteo”

Un dato del relevamiento nacional que llamó la atención tiene que ver con que, del total de las deudas, el 73% se tomó en 2024, seguido en un 15% por deudas en lo que va del 2025 y finalmente un 12% viene de 2023 o antes.

“El dato más alarmante es que casi tres de cada cuatro deudas activas se originaron en 2024, lo que coincide con la fuerte devaluación del peso (diciembre 2023), la alta inflación del primer cuatrimestre 2024 y la depresión salarial de ese año”, analizaron desde el centro de estudios cordobés. A su vez, la renovación y acumulación de deuda -incluso en 2025- da cuenta de la incapacidad de los hogares para saldar sus pasivos previos.

Este escenario tiene correlación directa con la crisis del consumo: las compras de alimentos, bebidas, limpieza e higiene anotaron 15 meses consecutivos de caída y recién en mayo (según datos de Scentia) crecieron apenas 0,1% interanual. Como contó El Destape, lo que ocurre es que, por el poco resto en el bolsillo, el consumidor privilegia hacer varias compras más chicas y controladas, en contraste con las grandes compras mensuales en supermercados.

En este panorama, las tarjetas de crédito pasaron a encabezar el ranking como principal forma de financiación, con un crecimiento de casi 5 puntos respecto a 2024. Como contrapartida, “las financieras y prestamistas han disminuido significativamente, lo cual puede reflejar una restricción en el acceso o una percepción negativa de estas fuentes por parte de los hogares”, plantearon los economistas. ¿Para qué usan las familias las tarjetas? El principal destino (58% de los casos) es para la compra de alimentos, seguida por indumentaria (15%), combustible (11%), impuestos y servicios (8%) y electrodomésticos (5%).

“El uso de tarjetas de crédito para la compra de alimentos continúa siendo predominante y ha aumentado respecto al año anterior. Esta tendencia subraya el uso de las tarjetas de crédito para necesidades esenciales, un síntoma concluyente de empobrecimiento”, alertó el informe al que accedió este medio.

 

Un futuro poco alentador

Mientras el endeudamiento estructural de los hogares se mantiene en niveles críticos, las familias no ven cercana la posibilidad de afrontar el pago de las deudas pendientes. En detalle, el 52% considera que podrá sanear la situación financiera de su hogar durante 2025, el 24% sostuvo que será difícil saldar la totalidad, el 18% espera hacerlo en 2026 y el 6% no sabe.

“La percepción de posibilidad de recuperación se ha estancado. Esto refleja, además de un desgaste emocional, la incertidumbre respecto al rumbo económico del país, principalmente sobre la microeconomía”, plantearon desde el IETSE.

Estos datos ponen sobre la mesa la dura realidad de los hogares argentinos que parecen están atrapados en una espiral difícil de revertir en el corto plazo, y que deteriora significativamente sus condiciones de vida.

Con información de El Destape

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