El director del Programa Mundial de Alimentos ha exigido a las autoridades de Tigray, en Etiopía, que devuelvan inmediatamente las reservas de combustible robadas por un grupo de hombres armados que entró en el recinto de la organización en Mekelle y se apoderó por la fuerza de 12 camiones cisterna llenos de más de medio millón de litros de combustible.
"Este combustible había sido comprado recientemente por el PMA y llegó apenas unos días antes de ser robado. Sin él, es imposible que el PMA distribuya alimentos, fertilizantes, medicinas y otros suministros de emergencia en todo Tigray", dijo David Beasley, señalando que era reprobable que millones de personas se vieran abocadas a pasar más hambre por la reanudación de los combates en el norte de Etiopía.
En los últimos meses, la tregua humanitaria ha permitido al PMA y a sus socios llegar a casi cinco millones de personas en Tigray. Sin embargo, ayer se cortó esa línea de suministro vital, dijo Beasley, señala la ONU.
"La pérdida de este combustible empujará a las comunidades de Tigray, que ya están luchando contra los impactos del conflicto, al borde de la inanición”, añadió.
