Eve Luz Iñíguez, ingeniera agrónoma, master en Agronegocios y mamá desde hace 18 años. Una mujer que trabaja con productores rurales, una historia digna de contar. En diálogo con Nuevo Diario, Eve Luz recuerda que tomó la decisión junto a su pareja, Juan Pablo Karnatz, de ser padres. “Primero tomamos la decisión de tener un hijo. Eso fue muy bueno, planificado. Sabíamos que me iba a cambiar la vida, me decían que no iba a poder ir al campo. Hoy, Isabel Eugenia Karnatz ya tiene 18 años. Como madre primeriza no sabía qué hacer.
Durante el embarazo seguía yendo al campo, atendía a los productores. Ellos me decían ‘pero está embarazada, no venga más’ y yo les respondía que debía hacerlo porque había cosas para hacer. La Dra. me decía que siga haciendo mi vida normal, sin excesos y que a los 7 meses de embarazo deje de manejar. Y tenía un hombre al lado mío que me daba libertad solamente con una condición: “Cuidate”. El trabajo rural “es cosa de hombres”, pero a Eve Luz el comentario la tenía sin cuidado. Su experiencia de vida le permite decir hoy que ser madre “es algo mágico, por ahí no tiene definición. Sí, te cambia la vida. Es una persona más que está a cargo tuyo por un tiempo o toda la vida, y la debemos acompañar. Lo incentivamos, le damos herramientas para aprender que su autoestima sea muy buena. Siempre es bueno acompañar a otra persona, y eso le transmito”. Eve no se siente especial: “Todas somos mamás y como venga nuestro hijo es decisión de Dios y tenemos que aceptarlo. Yo soy una mamá más, tengo los mismos problemas que otras. Tenemos una hija que es una gran posibilidad, porque hay quienes no pueden. Cómo enfrentamos lo que venga es un trabajo interno, de cada familia”.
