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Especiales Solos y solas

¿La soledad es una elección o está en nuestro ADN?

Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego realizaron el primer estudio de asociación genómica sobre la soledad, como rasgo de vida, no como un estado temporal.

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Foto tomada de Infobae

La soledad está ligada, además de la depresión y un estado generalizado de ansiedad, a una mala salud física y mental y se ha comprobado en estudios recientes que es un predictor aún más preciso de muerte prematura que la obesidad.

 

Para entender mejor quién está en riesgo y quién no, investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego realizaron el primer estudio  de asociación genómica sobre la soledad, como rasgo de vida, no como un estado temporal. De esta manera descubrieron que el riesgo de estar y sentirse solo se debe a dos grandes factores: la genética y el medio ambiente. El estudio entre más de 10 mil personas, publicado en la revista científica Neuropsychopharmacology, también descubrió que el riesgo genético de soledad se asocia con neuroticismo y síntomas depresivos.

 

Hace un par de años, científicos de la Universidad de Pekín detectaron también conexiones entre un gen específico y la capacidad humana de mantener una relación exitosa. El estudio, publicada por la revista Nature, demostró cómo la eterna soltería a veces está condicionada por la genética. Sus resultados indicaban que sólo las personas que tienen dos copias de la variante C del gen 5-HT1A producen niveles más elevados de serotonina -la llamada hormona de la felicidad- y mostraban una mayor propensión a enamorarse y tener pareja.

 

La investigación más reciente fue dirigida por Abraham Palmer, profesor de psiquiatría y vicepresidente de investigación básica en la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego. En su artículo, Palmer y su equipo explican que, al igual que el dolor físico alerta al cuerpo de posibles daños en los tejidos la sensación de soledad, desencadenada por una discrepancia entre las relaciones sociales deseadas y las reales, forma parte de una alerta biológica que ha evolucionado para alertar al paciente de amenazas o daños al cuerpo.

 

Pero no todo el mundo percibe la soledad de la misma manera. "Entre dos personas con el mismo número de amigos cercanos y familiares, uno podría ver su estructura social como adecuada, mientras que el otro no", dijo Palmer. "Y eso es lo que queremos decir con 'predisposición genética a la soledad'. Queremos saber por qué, genéticamente hablando, una persona es más proclive que otra a sentirse sola, incluso en la misma situación", informa el portal de Infobae.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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