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La Provincia Rumbo a la canonización

Vio un milagro de Mama Antula y sueña con la visita del Papa

Se trata de Eduardo Coronel, oriundo de Villa Silípica. Una serie de acontecimientos lo convirtió en devoto de la beata santiagueña. Una de las tantas historias que se esconden en el interior de nuestra provincia.

Eduardo Coronel —72 años, ordenanza— asegura haber presenciado un milagro de Mama Antula, quien mañana será canonizada.

“Ha venido una persona de Icaño (departamento Avellaneda), que traía ladrillos para trabajar. Me dice: ‘Coronel, quiero que me acompañes para (el templete de) Mama Antula’. Vamos. ‘Le están por cortar los dedos del pie a mi sobrino’, me contó. ¡Tenía negro! Hizo una oración en el templete, y los vecinos le dieron una estampita de Mama Antula. ‘Pongale esto en los pies y recele todos los días’, comenzó a relatarle a Nuevo Diario.

Coronel es oriundo y vecino de Villa Silípica, donde mañana se desarrollará una vigilia en honor a la beata santiagueña, quien también es, según dicen, silipiqueña.

“Lo tenía que mandar a Buenos Aires —siguió el relato—. A los dos meses, más o menos, lo hablé por teléfono y me dijo: ‘Ay, Coronel, no me vas a creer’, y me mandó una foto: en la punta de los dedos nomás tenía... ¡se le iba, se le iba! Después me hizo ver y tenía limpios los dedos”.

Este acontecimiento provocó en Coronel, al igual que en muchas personas, que se vuelva devoto de María Antonia de Paz y Figueroa.

“La gente —recuerda— venía y se metía a un pozo, y se echaba tierra de la rodilla para abajo (NdeR: según los vecinos de Villa Silípica, la tierra de las inmediaciones del templete “era milagrosa”). Gente grande, de la ciudad. Decían que era una alegría para ellos y que los aliviaba. Después para los animales: ‘Ay, mamantulita, curamelo’. De ahí digo: ‘No hay otra...’, es una cosa muy grandiosa. No sé cómo explicarme”.

Coronel sostiene que este acontecimiento “es grandioso para el pueblo y la provincia”.

—¿Imaginó que el papa Francisco podía llegar a venir a Villa Silípica?

—Queríamos que él venga para acá, pero no se ha podido por A o por B. Le hacía burla a la población de “al lado”: “Preparense bien que al Papa lo vamos a tener aquí, así que las cosas tienen que estar limpias” (risas). Ojalá que Dios y la virgen nos acompañen, y (el Papa) tenga vida y fuerza para poder llegar.

Coronel fue operado hace cuatro años por una fuerte dolencia en las piernas. “Son la várices”, advirtió el doctor. “Me querían cortar la ‘canilla’ —contó—. “Vine para que me cure, no voy a volver por pedazos”, le dije. No podía dormir de noche. Me echaba alcohol, me sacaban aire... Me hicieron un toilette”.

El entrevistado, que hoy está intervenido en su pierna izquierda, no volvió al hospital debido a que su salud no mejoraba.

“Ha andado por la Mama Antula también”, avisa Mirta Medina, su esposa.

— ¿Y cómo se siente?

—Mejor, mejor. Ya, por lo menos, puedo caminar.

—¿Qué le pide?

—Salud, lo principal. No le puedo pedir nada más.

—¿Cree que mejoró gracias a Mama Antula y no por los médicos?

—Creo que sí... Le rezo todos los días.

Mama Antula Canonización
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