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La Provincia En Villa Silípica

Feligresía santiagueña recibió bendición con las reliquias de santa Mama Antula

La misa especial fue oficiada por el obispo auxiliar Enrique Martínez Ossola y concelebrada por el padre Mario Ramón Tenti.

La comunidad de Villa Silípica vivió ayer nuevamente una gran fiesta, ya que en la capilla Santa Mama Antula se llevó a cabo la bendición con la presencia de sus reliquias.

En la oportunidad, la misa fue oficiada por el obispo auxiliar de la Diócesis de Santiago del Estero, monseñor Enrique Martínez Ossola y concelebrada por el padre Mario Tenti, quien tiene a su cargo la imagen de la santa santiagueña.

 

En la oportunidad, el prelado dialogó con Nuevo Diario y destacó la importancia que tiene esta actividad: “La bendición con las reliquias de Mama Antula marcan un hecho único de la veneración a nuestra santa. La emoción vivida allá en el Vaticano donde estuve para su canonización no se compara con la de acá de su pueblo, sabemos que hubo gente que se llegó de muchos lugares así como hoy también para esta misa en particular”.

 

Seguidamente, se refirió a cómo ve a la comunidad: “Es un momento de sembrar, es como la lluvia cuando moja a tierra, la bendición de Mama Antula nos va a ayudar a seguir creciendo, seguir trabajando en la fe, la esperanza y el amor”.

 

Por su parte, el padre Mario Tenti contó cómo fue la llegada de la santa a Buenos Aires, “cuando llegó la recibieron a pedradas, la tildaban de bruja y cuando va a presentarse ante las autoridades y este sueño de poder realizar allí los ejercicios de San Ignacio de Loyola que ya los había hecho en Córdoba y el Norte Argentino 9 meses la tuvieron sin contestarle, pero ella cada dos semanas iba a hablar con el obispo pero no la recibía, se daba vuelta y se iba, ese signo de esta mujer despreciada, burlada, es el signo que Dios elige para confundir a los sabios como dice el Evangelio, esta mujer que no aparentaba nada, Dios la transformó en un signo de amor y bendición porque por sus ejercicios al final pasaron más de 70 mil personas y logró un éxito de conversión de las personas, mayor al que habían tenido los mismos jesuitas y no es porque ella tenía algo especial, sino porque Dios la había elegido para esta misión y ella fue dócil ante esto”.

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