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La Provincia Recorrido por el barrio Huaico Hondo

El amor por un barrio santiagueño que trasciende todas las generaciones de una familia: La voz de los vecinos

Nuevo Diario tuvo el privilegio de entrevistar a vecinos, que aseguran que nacieron, viven y morirán en su hogar, Huaico Hondo.

Huaico Hondo significa cause profundo o pozo profundo, ya que nació por un brazo del Río Dulce, pero para el Multimedio, es un “amor profundo”, el que sus recidentes sienten, un barrio que no es solo un lugar en el mapa, sino un hogar para muchos de sus residentes, donde las raíces se hunden tan profundamente como los cimientos de sus casas. Entre las calles y los pasajes, Alicia Orellana, de 45 años, encuentra su universo. Casada con Carlos Ruiz y vecina del cuarto pasaje, Alicia no duda un instante al describir la esencia de su vida: “Es mi espacio, es mi mundo. Nací aquí, vivo aquí, mi esposo es de aquí y aquí moriré”. Para Alicia, el amor por su barrio va más allá de los lazos matrimoniales. Proviene de una tradición arraigada en su familia, donde el fervor por el club Estudiantes se transmite como un legado sagrado. “Me crié en el club”, comparte con una sonrisa. “Somos ocho hermanos y todos hemos mamado el amor y pasión por Estudiantes que nos transmitieron nuestros padres. Es como una religión que pasa de generación en generación”. Cuando se le pregunta sobre la posibilidad de mudarse a otro lugar, su respuesta es firme y decidida: “No, ni loca. Tuve la oportunidad de una vivienda, pero no quiero dejar mi barrio”. Aunque sueña con construir su hogar en un terreno propio, deja claro que debe ser en Huaico Hondo, donde late su corazón.

Y así como Alicia, otro pilar del barrio, Rosa Avila, de 80 años, comparte su profundo vínculo con este rincón de la ciudad. Nacida un 23 de diciembre de 1943, Rosa ha visto el barrio transformarse a lo largo de las décadas, pero su amor por él permanece inalterable.

“Vivo en el cuarto pasaje”, cuenta con orgullo. “Es muy lindo vivir en Huaico Hondo. Es lo mejor”. Sus mañanas transcurren con la ceremonia de mate y lectura, mientras el aroma del café o mate se mezcla con las páginas de Nuevo Diario y la voz entrañable de Duilio, el locutor de LV11. “Me encanta él”, confiesa con una sonrisa traviesa. Recordando su infancia, Rosa evoca un tiempo pasado, donde el barrio era más tranquilo y el club Estudiantes era un tesoro compartido por todos. “El barrio era otra cosa. Poca población, pero en un abrir y cerrar de ojos, creció un montón. Está lindo el barrio. También el club, ahora es una belleza”, aseguró.

 

Entre la tradición, las viejas “glorias”, los buenos cantantes y los desafíos actuales

 

Marcela Vera, con una mirada cargada de nostalgia, describe a Huaico Hondo como un bastión de la familia y la tradición. “Es un barrio familiero, de mucha tradición”, comenta con convicción. Sin embargo, no puede ignorar la sombra que se cierne sobre su comunidad: el flagelo de las adicciones. “Lamentablemente el tema de las adicciones nos obliga día a día a vivir y a hacer un barrio cerrado y a tener las precauciones necesarias para evitar los robos”, lamenta. Su voz refleja la angustia de una comunidad que lucha contra un enemigo invisible pero devastador. “Me duele ver a muchos jóvenes que lo hemos visto crecer y hoy están enfermos por las diferentes adicciones. La cosa está difícil”, concluye con pesar.

Pero en medio de las sombras, también se alzan voces que recuerdan el esplendor pasado y celebran los logros del presente. Ramón Santillán, conocido cariñosamente como “Rengo”, evoca con emoción la grandeza de Huaico Hondo. “Es lo más grande del mundo, lo más grande que hay”, proclama con orgullo. Para él, el barrio es mucho más que un simple lugar en el mapa; es un tesoro de historia y talento en medio de Santiago del Estero.

“Tenemos buenos cantores, como es el caso de Rodo Gerez, que también fue campeón de boxeo y una de las grandes voces”, comparte con entusiasmo. Y continúa enumerando los nombres que han dejado una marca imborrable en la historia del barrio. “Lucas Paz, otro de los grandes boxeadores no solo del barrio sino de la provincia. Otro de los grandes deportistas fue Alfredo ‘Negro’ Moreno, que lamentablemente ya no está entre nosotros físicamente, pero vivirá en nuestros corazones para siempre”, añade con un dejo de melancolía.

 

Estudiantes, el corazón que late vivo y que se mantiene gracias a los vecinos del Huaico Hondo

A pocas cuadras del Centro de la ciudad se rige un barrio que se creó a “pulmón” y que tiene vecinos tan arraigados que su único sueño es no irse nunca de su barrio, este lugar, por donde pasar avenidas tan importantes para la “Madre de Ciudades”, como la Belgrano y la Antenor Álvarez, tiene su “corazón”, frecuentado y mantenido por la pasión al deporte y a la convivencia, Estudiantes del Huaico Hondo. Nuevo Diario realizó, como lo hace habitualmente todas las semanas (en la edición anterior recorrimos el barrio 8 de Abril), un recorrido por las calles y por su principal centro deportivo, un lugar que no para de crecer.

Ivanna Paola Mujica, Presidenta del Club Atlético Estudiantes, recibió al Multimedio en sus instalaciones.

“Estamos contentos y orgullosos que nos acompañen este día, ya que nos esforzamos para mostrar que el club está trabajando a todo momento para que siga siendo el centro de atención, no solo en forma deportiva, sino comunitaria, para todos los jóvenes de la zona norte de la ciudad”, aseguró.

El club, que se encuentra a cargo de Mujica desde el 2019, quien ostenta de ser una de las dos mujeres que se encuentra en el cargo de presidenta de un club de fútbol en el NOA, y una de las pocas del país, asegura que se esfuerza para que las instalaciones del club estén cada vez mejor.

“Tenemos proyectos importantes, el hecho de tener una cantina que genere ingresos en todos los eventos es importantísimo para nuestro club, que tengamos nuestra tienda, donde el hincha o socio que quiera se pueda comprar las cosas del club, el gimnasio es importante para toda la zona del norte de la ciudad, ya que generamos empleo y un espacio totalmente equipado, nuevo y sobre todo en estos tiempos, económico para todos aquellos que se quieran llegar. De cara al futuro tenemos pensado incorporar a nuestras instalaciones una cancha de césped sintético, y las residencias para todos nuestros jugadores del interior, que ya comenzaron su construcción”, comentó.

Por su parte, al caminar las calles del mítico barrio mencionado en el folklore santiagueño, no solo se ve la simpatía de sus residentes, sino el amor y la pasión por su club, todos los vecinos tienen su camiseta, los niños juegan en las veredas con su conjunto deportivo azul y blanco. “Si no fuese por los vecinos, el club ya habría desaparecido hace tiempo, soportamos tiempos difíciles y creo que esta crisis que nos toca vivir ahora la vamos a sacar adelante gracias al apoyo de todos nuestros vecinos”, finalizó.

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