Hay un momento en la vida en que toda persona elige la profesión que va a seguir, según su gusto, lo que le llama la atención o bien siguiendo el ejemplo de alguien importante, este último es el caso de la termense, Camila Décima, quien forma parte del Cuartel de Bomberos Voluntarios de su ciudad desde los 12 años, gracias al ejemplo de su padre, Nazareno Décima, quien es bombero hace 25 años.
Pero la historia de Camila, de tan solo 23 años, no termina allí, sino que su vocación por servir a la comunidad la llevó a estudiar la carrera de Enfermería también, mismo camino que su padre, “la vocación de servir la tengo en la sangre, gracias a mi papá, comencé a los 12 años a ser bombera voluntaria, junto a mis compañeros en ese tiempo abrimos la escuela de cadetes, fuimos los primeros y a medida que fue pasando el tiempo me interesó el poder ayudar a las personas desde la enfermería al momento de asistir a un incendio, y no solamente los primeros auxilios”, comenzó relatando en diálogo con Nuevo Diario.
“Para mí es reconfortante ayudar al otro, sin tener en cuenta ni esperar nada a cambio, simplemente saber que le estás brindando todo de tu parte para que pueda salvar su vida es algo que me tranquiliza y agrada, vi el ejemplo de mi papá hacer esto siempre, así que me pareció un gran ejemplo para seguir, además del gusto que a mí me da ayudar”, siguió.
Camila actualmente vive en la ciudad Capital, ya que cursa la carrera en la UNSE, y aunque ya tiene su título de enfermera, pretende lograr la licenciatura. Presta sus servicios en el hospital Independencia y, “cuando el tiempo me lo permite voy a Las Termas al Cuartel de Bomberos, son dos cosas que amo, por lo que no quiero dejar ninguna de las dos”, aclaró.
Estudiar en pandemia
La pandemia no impidió a la joven obtener su título, ya que al declararse el aislamiento regresó a su ciudad natal para servir a los enfermos de Covid-19, “formé parte del equipo que asistía en el centro de aislamiento de Las Termas, llevé mis cosas para estudiar ahí en los momentos que podía, y como teníamos turnos cada 15 días, cuando me tocaba salir también me iba al cuartel para seguir estudiando, así rendí mis exámenes y me recibí, ahora me entregaron el título oficialmente. La verdad que fue toda una lucha de la que ahora recién me doy cuenta de lo que pasé”, aseguró.