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Política #Impunidad

Impunes: la Corte Suprema echó al administrador que denunció sus irregularidades financieras

El desplazado fue nada menos que Héctor Marchi, quien estuvo a cargo de las cuentas financieras del organismo los últimos 15 años y terminó denunciando severas anomalías en el manejo económico del máximo tribunal. Por Facundo Xavier Ferrera Flores, para Nuevo Diario.

Ostentan impunidad: este jueves, la Corte Suprema de Justicia de la Nación echó de su cargo al administrador general Héctor Marchi, quien supo ser, durante los últimos 15 años, el que estuvo a cargo de los fondos del máximo tribunal. El funcionario había presentado un informe de más de 20 mil hojas donde recogía incontables irregularidades en el manejo económico del organismo.

 

Por tres votos contra uno, la Corte aprobó por mayoría absoluta el desplazamiento de Marchi, en lo que supone una demostración más de que sus cuatro integrantes y su círculo íntimo son intocables, y no tienen pudor de exponerlo a través de sus influencias.

 

Esta medida punitoria contra Marchi lo derivó a un tribunal menor, afectándolo a la Cámara de Apelaciones de la Seguridad Social, donde ejercerá funciones a partir de ahora, con, presumiblemente, una remuneración mucho menor. El único que se opuso fue Lorenzetti, integrante de la Corte a quien Marchi responde, pero no pudo salvarlo de las garras de sus propios compañeros.

 

Cabe destacar que Marchi no es la única víctima del máximo tribunal de la Nación, sino la más reciente. A la élite judicial sigue sin importarle las consecuencias de sus actos, siempre y cuando ellos y los suyos caigan bien parados. Lo vimos con Cristina, con los fondos coparticipables, y ahora con Héctor Marchi.

 

Lo único positivo que se puede rescatar de esta deleznable medida tomada por la Corte es que servirá para engordar el expediente en su contra, en el marco del juicio político en el que se avanza a través de la Comisión en Diputados. Mala noticia para ellos: Marchi figura en la lista de testigos citados, aún por concurrir y, probablemente, arremeter en contra de quienes fueron sus superiores.

 

La jugarreta caratulada como "reacomodamiento interno del área" no convenció a nadie, y es un vago intento más de desviar culpas por parte de la Corte. Ya entre la espada y la pared, el asfixiado tribunal no sabe cómo enmendar 15 años de irregularidades económicas que cantan, en silencio, "enriquecimiento ilícito".

 

Por Facundo Xavier Ferrera Flores, para Nuevo Diario

Corte Suprema de Justicia
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