El Ing. Castor López participó este lunes del ciclo Actualidad Política, de Radio LV11.
Sobre la situación económica de Argentina, mencionó: "A mediados de 2022, la tasa de inflación subió mucho. Se percibía un estado de situación muy delicado. Hubo medidas coyunturales, de corto plazo, ninguna relevante para paliar la inflación. Sí, quizás, para atenuar o mantener el índice de precios al consumidor, que son dos cuestiones diferentes. Tratar de controlar el índice es algo a corto plazo, pero enderezar el sendero es necesariamente de largo plazo. Lo que se puede hacer en materia de política fiscal y monetaria, ya tiene demasiadas restricciones. Es el final de la gestión de este gobierno, que ha tenido una trayectoria muy errática. En 2020, el producto bruto cayó un 10%. Se recuperó al año siguiente, creciendo 10%. Luego, algo que no sucedía hace mucho, volvió a crecer un 5% en 2022 y es probable que este año caiga la economía, veremos si un 3, 4 o 5%. En materia monetaria fue muy expansivo. Comenzó con una base monetaria de 1,5 billones, que es la cantidad de dinero que circula o está en cuentas, que no pagan intereses y son de inmediata liquidez; y simultáneamente tenía la misma cantidad en Leliq y Bonos del Tesoro. Hoy, la situación es de más de 4 billones, y las Leliq en el orden de 12 billones. Luego son transformadas en letras que pagan intereses".
También manifestó: "Esta coalición que triunfó en 2019 fue un experimento muy raro, para estudiarlo. La vicepresidenta nomina al presidente en un tuit. El vigor político y electoral es de ella, no de él. La conformación del gobierno tuvo un 'loteo' horizontal y no vertical, como es usual en las coaliciones. Eso provocó graves cortocircuitos. Antes de eso, las coaliciones en el mundo habían nacido para funcionar en gobiernos parlamentarios. Argentina tiene un sistema presidencialista, y esto de las coaliciones es una rareza. Se puede incurrir en un déficit fiscal, cuando los gastos superan los ingresos. Si un mes, las familias deciden renovar celulares, notebooks o tablets de sus hijos, afrontan un déficit. Lo financian a largo plazo y siguen adelante, pero saben que esa inversión va a redituar en el futuro de esos chicos, y en sus ingresos. Lo cierto es que Argentina ya llegó al 100% de inflación anual, algo que no pasaba hace mucho. Estamos lejos del 3000% anual de los 80, que eso era hiperinflación. Varios países de Latinoamérica tenían inflación de dos y hasta tres dígitos. La de hoy no es la misma que aquella. Una hiperinflación, hoy, sería 500% anual. Si las decisiones que se toman son erradas, iremos hacia eso. Si tienen mesura, no llegaremos a padecerlo. Al gobierno se le achican los términos, es un tiempo muy corto para un programa de estabilización macroeconómica. Un gobierno que objetivamente está con poca competitividad, va a afrontar un costo político importante. Lo cierto es que esa magnitud de emisión monetaria no se compadece con la evolución de bienes y servicios. Esto no es producto de 'maldiciones de los dioses', sino factoría propia".
Para concluir, dijo: "Toda persona que vive de la producción y el comercio, siempre piensa cómo renovar insumos (en el primer caso) y productos terminados (en el segundo), y no sabe a qué precio repondrá. Ahí surge esta amplitud de precios. El Estado debe trabajar en dar certidumbres, y ahí creo que falla. La devaluación debe hacerse en el contexto de un programa de equilibrio macroeconómico, si no, puede tener costos muy poco deseables. Un Plan Primavera quizás no funcionaría, pero tal vez sí un Plan Austral. Lo que preocupa es el discurso político, que todavía es muy desatinado, pero hay equipos técnicos con buenas propuestas".