Este martes, en Tribunales, se llevó a cabo una audiencia clave en el marco de la causa en la que una abogada se encuentra imputada por el presunto robo de pertenencias a una colega. El caso, que ha sacudido al ámbito judicial por tratarse de una profesional del derecho involucrada en un hecho de esta naturaleza, continúa su curso mientras se esperan definiciones importantes en los próximos días.
La jueza Erika Casagrande se encuentra analizando el pedido de prórroga de detención para la abogada Ruth Cabello, acusada de hurtar la cartera a una colega y efectuar compras con la tarjeta de crédito por una suma de $410.000. La fiscalía, representada por los doctores Belkis Alderete y Luis de la Mata, solicitó la prórroga de la detención, aunque manteniendo la domiciliaria debido a que Cabello tiene dos hijos menores, uno de ellos con discapacidad.
Por su parte, la defensa ejercida por el Dr. Hugo Esneriglio se opuso al pedido de la fiscalía y pidió el sobreseimiento para la abogada. La defensa presentó un acuerdo en el que la acusada se compromete a resarcir económicamente el daño causado a la víctima, así como a pagar una suma por los daños psicológicos ocasionados.
La jueza Casagrande decidió pasar a un cuarto intermedio para resolver la situación de Cabello. La decisión final dependerá del análisis de los argumentos presentados por ambas partes. La situación de los hijos menores de Cabello, especialmente uno de ellos con discapacidad, parece ser un factor importante en la consideración de la jueza al momento de tomar una decisión.
El hecho
La damnificada expuso ante las autoridades que alrededor de las 19:30, del pasado sábado 24 de mayo, estaba en un local de comidas rápidas ubicado en Av. Belgrano y Suárez, se levantó a pagar y dejó en la mesa su cartera, en la que tenía 10 mil pesos en efectivo, carnet de su obra social y tarjetas de crédito y débito, entre otras pertenencias.
Al cabo de unos minutos, cuando regresó, advirtió que la cartera había desaparecido. Poco después comenzaron a llegarle notificaciones de una de las tarjetas extraviadas, por una compra de calzados en pleno centro —por $144.000—; minutos después, hubo otro gasto por 87 mil pesos, uno más de 80.000 y el último por 20 mil, lo que hace un total de aproximadamente $330.000.
Decidida a saber qué había pasado, la abogada volvió sobre sus pasos y, en el local de comidas rápidas, un empleado le contó que había hallado su cartera vacía. Pidió las filmaciones del lugar y lo mismo hizo en todos los negocios céntricos donde su tarjeta había sido utilizada.
Interviene la fiscal Belkis Alderete.
