El sujeto que sería devoto de San La Muerte y que a fines de enero de 2022 asesinó a su padre, al que aplicó violentos golpes en la cabeza con un palo, fue hallado culpable del hecho y consecuentemente condenado a cumplir la pena de prisión perpetua.
La pena máxima fue aplicada por el tribunal que integraron los Dres. Alfredo Daniel Pérez Gallardo, Juan Carlos Storniolo y Sara María Harón, y recayó en Walter Herrera, un sujeto que se domiciliaba en Colonia Dora (Avellaneda), a la vera de la Ruta Nº 92 y cerca del cruce con la Ruta Nº 34, a quien encontraron autor material y penalmente responsable del delito de homicidio doblemente calificado —por el vínculo y alevosía— en perjuicio de su padre Ramón Herrera, al que luego de asesinarlo lo enterró en una zona montuosa, situada a unos 100 metros de la casa que compartían.
El fallo se dictó por mayoría de votos en relación al monto de la pena, ya que mientras los Dres. Pérez Gallardo y Harón votaron por la pena máxima, el Dr. Storniolo la declaró inconstitucional y consideró que Herrera debía ser condenado a 25 años de prisión.
En el transcurso de los alegatos finales la fiscal María Emilia Ganem solicitó que se condene a Herrera a la pena de prisión perpetua, en tanto que la defensora oficial Andrea Blinder —que asistió al inculpado— pidió la inimputabilidad de este, dejando entrever que podría ser un alienado mental. En forma subsidiaria planteó el homicidio con circunstancias extraordinarias de atenuación de la pena.
