Un matrimonio mayor de Pinto, departamento Aguirre, se hizo cargo hace un año de su nieta de 14 años, quien se trasladó a vivir con ellos porque residía en la zona rural y comenzó a estudiar el nivel secundario.
De acuerdo con la denuncia y las averiguaciones policiales, a la abuela le llamó la atención que la adolescente no fuera a dormir en la habitación de ellos, como lo hacía con frecuencia. La mujer se dirigió en varias ocasiones al dormitorio de su nieta, pero se negó en varias ocasiones a pasar a la habitación de ellos.
La abuela no quedó tranquila y alrededor de la 1.30 de la madrugada se trasladó al dormitorio de su nieta, ocasión en la que observó que la menor se encontraba tapada con la frazada y al costado de la cama había un par de ojotas rojas. La mujer le preguntó de quién era el calzado desconocido y la adolescente le respondió que había ingresado un hombre y trató de abusarla sexualmente.
En ese momento, la dueña de casa observó que había un sujeto debajo de la cama, lo que generó que la mujer mayor comenzara a gritar para alertar a su esposo. El escándalo provocó que el intruso saliera rápidamente de abajo de la cama y emprendiera la fuga a la carrera. La mujer trató de interponerse en el camino para evitar la huida, pero fue empujada por el desconocido, quien salió del inmueble por la puerta.
La abuela le preguntó por qué no había avisado o gritado ante la presencia del depravado. Ante esta situación la adolescente contó que horas antes había mantenido un intercambio de mensajes de texto por celular con el sospechoso, quien le exigió que le dijera el momento que se durmieran sus abuelos para ingresar a la casa, de lo contrario la iba a matar. Ella le abrió la puerta para que ingresara ante la amenaza. Sin embargo, la adolescente dijo que había borrado todos los mensajes. La menor sostuvo que el acusado fue compañero de ella en la escuela primaria.
La abuela realizó la denuncia en la Comisaría Nº 17 y se dio intervención a la Unidad Fiscal.
