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Policiales Nueva audiencia del juicio por el homicidio del mecánico

Familiares de Móttola dijeron que estaba amenazado de muerte por Jésica Díaz

Adriana Móttola realizó una escalofriante revelación: Eduardo le contó que la acusada amenazó matar a su hijo para causarle sufrimiento al marido. Entre llantos dijo: "este dolor no es solo porque es mi hermano, sino que lo crié como hijo".

Ayer en la mañana se desarrolló una nueva audiencia por el homicidio de Eduardo Móttola, ocasión en que dos hermanos y un sobrino de este confirmaron que el occiso estaba amenazado de muerte por parte de la imputada Jésica Díaz, lo cual se materializaba en varios mensajes que el mecánico les hizo ver.

“Dejame de joder, no sabes con quien te metes”, advertía la imputada.

El tribunal escuchó los testimonios de Marcos Ananía, sobrino de la víctima, y de Guillermo y Adriana Cristina Móttola, hermanos del occiso.

Lo crié como a un hijo

Adriana brindó un conmovedor testimonio, que varias veces se vio interrumpido por el llanto.

“Este tremendo dolor no es solo porque es mi hermano, sino que es porque lo crié como a un hijo. Papá y mamá trabajaban y desde que yo tenía 11 años me hice cargo de él”.

Reveló que Eduardo era muy confidente con ella, y por eso sabía que Jésica Díaz era la amante.

Dijo que su hermano le contó que le dijo a Jésica que quería terminar la relación, porque temía que se entere el marido, a lo cual la imputada le contestó: “Quédate tranquilo que yo a ese lo tengo comiendo de mi mano”.

Escalofriante revelación

La testigo hizo una escalofriante revelación cuando manifestó que Jésica había dicho que le causaría mucho dolor al marido. “Que agarraría al hijo menor y lo ahogaría, y como el marido trabajaba en Sanidad de la Gendarmería Nacional se daría cuenta del sufrimiento que tuvo el hijo hasta morir”. Eso se lo había contado Eduardo, quien se distanció un poco de su hermana porque esta le dijo: “¿Qué haces con esta loca? No puedes estar con una mujer así, que piense de esa manera”, remarcó. Tras recordar los dolorosos momentos que pasaron ella y su familia al enterarse que habían asesinado a su hermano Eduardo, la testigo dijo que “ese día le festejábamos el cumpleaños a mi hija, y como Eduardo no pudo ir al mediodía lo esperábamos a la tarde, pero fue cuando nos avisaron que lo mataron y yo era como que me negaba a eso”, indicó Adriana.

Adriana reveló también que cuando le hacían misa para Eduardo en la Catedral, veían que afuera estaban la hija que tuvo el occiso con Jésica, con los hermanos —hijos de la acusada—, y que en una ocasión tras la ceremonia fueron a tomar un café, y de pronto entró Jésica, que se sentó cerca y sonreía como burlándose.

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