El cabo de Policía, Julio Roberto Leguizamón, que en la madrugada del 7 de febrero del corriente año efectuó 9 disparos —el primero de ellos no salió— en contra del oficial Walter José Emiliano Fernández, con claras intenciones de matarlo, estaba absolutamente consciente al momento de cometer el hecho, según surge de la pericia psicológica que le hicieron, la cual advierte que no presentaba signos de haber sufrido obnubilación alguna en sus instintos, sino que tenía pleno dominio de sus actos.
Dicho informe pericial motivó la resolución adoptada por el Dr. José Luis Torrelio —juez de Control y Garantías para Banda y Robles— quien hizo lugar al requerimiento de la fiscal Cecilia Pacheco y le dictó la prisión preventiva por el plazo de ley, de dos años, como autor de homicidio doblemente agravado en grado de tentativa en perjuicio de Walter Fernández, y daño en perjuicio de Héctor Armando Ricciotti.
Dicho día, Leguizamón atacó a Fernández achacándole que lo engañaba con su esposa, y tras insultarlo le efectuó los disparos con su arma reglamentaria. El primero no salió, aunque sí los posteriores ocho proyectiles. Con el segundo disparo hirió al oficial en una pantorrilla, y este logró ocultarse para evitar ser impactado, hasta que Leguizamón fue reducido.
La defensa solicitó cambio de calificativa y que el caso sea excarcelado.
