“Tengo una pistola para vender. Era de un familiar. Si la quieres, avisa. La voy a vender porque necesito”, fue la versión que desplegó un sujeto en la localidad de Lavalle –departamento Guasayán. Un vecino se la compró y terminó preso por encubrimiento. El imputado, fue condenado.
Haca un par de semanas atrás, un delincuente ingresó a la vivienda de un funcionario policial de apellido Bravo González en el barrio Centro de la localidad de Lavalle. Le revolvió todas sus pertenencias y le robó lo que encontró. Entre el botín armado por el ladrón, estaba un arma de fuego.
Se trata de una pistola calibre 9 milímetros, marca Bersa. Era el arma reglamentaria del efectivo. El damnificado llegó a su casa y encontró todo “dado vuelta”. Tampoco encontró la pistola que estaba oculta en el ropero.
El ladrón sabía que tenía entre sus manos “pan caliente”. Por lo que tenía que desprenderse de inmediato del arma. En el boca a boca, entre conocidos y amigos, la puso a venta. Lo hacía personalmente para evitar que alguien lo delata.
El delincuente llegó hasta la casa de un vecino, a quien le habría dicho que “tenía un arma para vender”. Interesado, el sujeto le cuestionó el precio y el estado de la pistola. Al ver el interés del ocasional comprador, como buen vendedor quiso garantizar la operación. Por lo que no dudó en mostrarle el arma. El cliente vio los detalles y hasta la habría manipulado. Por lo que encantado con su “nuevo juguete”, no dudó.
Le preguntó el precio. Por lo que el vendedor le dijo que “pedía 40 mil pesos”. Pero le remarcó que “no solo era la arma; sino que también se la entregaba con un cargador y siete balas calibre 9 milímetros”. Para el vecino, terminó siendo “la compra del día”. Le pagó y el delincuente se retiró.
Tras la denuncia del efectivo que sufrió el robo, los efectivos de la Subcomisaría de Lavalle iniciaron las averiguaciones. En el pueblo el robo al Policía era la noticia del día. Por lo que entre los rumores, terminó saliendo a la luz el nombre del comprador.
La Policía le “cayó” en la casa. Se realizó un allanamiento y se secuestró la pistola. Además, se procedió a la detención del sospechoso quien no dudó ni un minuto en decir que “había comprado el arma en buena fe”. Mientras explicaba que el vendedor le dijo que “era suya y no robada”.
Fue alojado en sede policial por disposición de la Unidad Fiscal de Choya y Guasayán. El comprador fue imputado del supuesto delito de encubrimiento, por lo que fue indagado.
Mientras la Justicia y la Policía continúan con las pesquisas pertinentes para apresar al presunto autor del hecho delictivo; se realizó una audiencia de juicio abreviado en el Centro Judicial de Frías.
La Fiscalía enumeró las evidencias en contra del acusado. Al tiempo que indicó que se llegó a un acuerdo de juicio abreviado entre las partes; por lo que se acordó una condena en suspenso de un año de prisión y que cumpla con un régimen de conducta por el lapso de cuatro años.
La defensa del imputado, indicó el común acuerdo entre las partes. Mientras indicó que se continuarán con las pesquisas del caso.
Ante la situación, la Jueza de Control y Garantías de Choya y Guasayán, Dra. Roxana Cejas Ramírez homologó el acuerdo de juicio abreviado, por lo que el acusado fue condenado a un año de prisión de suspenso. Además, fue notificado de una prohibición de acercamiento e impedimento de contacto entre las partes.
Por otro lado, la Jueza Ramírez notificó al condenado de que no deberá cometer delitos por el lapso de cuatro años y que deberá someterse a exámenes psicológicos.
Cabe destacar que la Policía continúa con las averiguaciones, con el fin de poder identificar y apresar al autor del hecho delictivo.
