Un licenciado en accidentología vial y un exmédico policial testimoniaron ayer, a través de una plataforma virtual, en el juicio que se sustancia por la muerte de la joven añatuyense Clara Bravo, de cuyos informes surgieron detalles del accidente fatal, y que la víctima falleció a causa de los graves traumatismos que sufrió tras caer de la motocicleta que era conducida por el imputado Rodrigo Coria Salguero.
El Tribunal a cargo de la Dra. Rosa Falco y las partes escucharon el informe del licenciado Gustavo Jorge Samaniego, que para la época en que se produjo el hecho —el 20 de noviembre de 2020— se desempeñaba en la sección de Accidentología Vial de la policía santiagueña, y realizó pericias en torno al hecho.
Explicó que su trabajo consistió en establecer las causas mecánicas del accidente, factores o causas del hecho, determinación de la velocidad, características de los vehículos secuestrados, aspectos físicos/mecánicos, además de realizar un trabajo sobre aspectos físicos del camino donde sucedió el accidente, e hizo referencia a la poca iluminación en el sector.
Sostuvo que sobre la calzada observó un montículo de aproximadamente 3 mts. de diámetro, con escombros y ladrillos, a la vez de mencionar que el motovehículo Corven circulaba a una velocidad de entre 50 y 53 km/h. Indicó que el rodado no tenía las luces adecuadas exigidas por ley.
Después testimonió el Dr. Héctor Pedro Toranzo, quien examinó a la víctima e informó que esta sufrió traumatismos encefálicos craneanos -en cara y cabeza- y una herida contuso cortante en su mejilla. Dijo que no fue necesaria una autopsia por que era claro que la muerte fue producto del accidente, a causa del impacto con la calzada, lo que causó el deceso.
El médico dijo que no detectó heridas de bala.