Tiene 27 años, pero los tormentos de los abusos sexuales siempre la acompañaron, a pesar del paso del tiempo. Incluso afloraron en los últimos tiempos con mayor crudeza porque el acusado la hostiga y persigue.
La joven, oriunda de la ciudad de Pinto, departamento Aguirre, recordó en la denuncia que cuando tenía 12 años comenzó a ser violada por su primo, quien tenía 31 en ese entonces y la golpeaba para que no contara los aberrantes hechos. Los abusos con acceso carnal se extendieron durante dos años, ocasión en la que quedó embarazada. Mientras gestaba un feto de seis meses, le contó a su abuela y sus padres realizaron la denuncia. El sospechoso fue detenido, pero “estuvo preso poco tiempo” y la causa “nunca fue a juicio, por lo que nunca fue condenado”, afirmó ante los investigadores. Fruto de aquellos ataques sexuales, nació una niña, hoy de 13 años.
La víctima indicó que, luego de ser liberado, su primo nunca dejó de hostigarla; sin embargo, en los últimos tiempos se recrudeció.
El sujeto —hoy de 46 años— la sigue en lugares públicos, la llama por teléfono, le envía mensajes de texto y trata de comunicarse por redes sociales. En este sentido, la mujer trata de buscar lugares donde no se encuentre el acusado para no encontrarse con él porque “no quiere seguir sufriendo un daño psicológico”.
Sin embargo, el sujeto tendría otro objetivo. La joven denunció que su abusador ahora también acosa a su hija de 13 años. Va a los lugares donde ella se encuentra y trata de entablar una conversación con la menor, desconociendo sus intenciones.
La mujer indicó que su hija estuvo en tratamiento psicológico luego de que supiera que su padre es su tío y que fue fruto de un abuso sexual. Relató que no denunció anteriormente porque “no quería volver a pasar por un trámite legal similar al atravesado hace 13 años”, aunque ahora teme por la integridad física de su hija.
El hecho fue informado a la Unidad Fiscal Añatuya, que ordenó que se le activara el botón antipánico, mientras se concretan diversas medidas judiciales para salvaguardar la integridad física y psicológica de madre e hija.
