Hace 72 horas, ocurría un luctuoso hecho que conmocionó a la provincia, el femicidio de Sonia Ibáñez, sucedido en la ciudad de Fernández.
En la noche del martes, el barrio Libertad se volvería un calvario pasadas las 21, por un hecho similar.
Los vecinos escucharon estruendos y pensaron que provenían de la calle, de Caseros al 2400, pero no, fue un lamentable hecho. Un femicidio más que se cobraba la vida de una madre de tres jóvenes y que era “una muy buena vecina”, afirmó Graciela, quien vive al lado de la casa de María Rosa Cisneros, víctima de asesinato por parte de César Benito Andrada.
El crimen fue descubierto por un yerno de María Rosa, quien llegó pasada la medianoche al domicilio de Caseros 2453, del barrio Libertad, y se encontró con una macabra escena. Su suegra María Rosa Cisneros yacía con varios disparos de bala en el piso y el padre de su pareja, César Benito Andrada, con leves signos vitales con un tiro en la altura de la sien.
La Policía se dirigió de inmediato al inmueble, que fue contactada por una vecina de la víctima y constató que la puerta principal estaba abierta. Se entrevistaron con Julián Facundo Torres, de 22 años, del barrio Borges, quien explicó que era novio de Milagros Andrada (hija de la víctima) y que había observado la mencionada escena en el lugar.
En el comedor
El comedor fue el horroroso lecho de muerte que fue donde estaba tendida la víctima de Andrada. Este último fue hallado en una de las habitaciones de la casa con un disparo en la cabeza y con leves signos viales, por lo que fue trasladado al hospital Regional.
Andrada, de 49 años, había sido excluido del hogar el pasado 13 de marzo, por hechos de violencia de género. Además, la víctima fatal contaba con el botón antipánico, que no pudo activar.
“Hace un mes más o menos fue llevado de aquí esposado por la Policía”, comentó Graciela, vecina de la víctima.
“Nunca pensamos que él iba a hacer lo que hizo, ella era una gran madre”
La siesta de ayer en el barrio Libertad, a la altura de Caseros al 2400 se notaba que había una pérdida irreparable, pues María Rosa ya no estaba en el vecindario.
Todo un barrio conmocionado por el hecho. “Era una mujer muy amable, tranquila y una notable buena madre”, comentó Graciela, quien vive al lado de la casa donde fue el horroroso desenlace, donde César Andrada ultimó a la madre de sus tres hijas de varios disparos.
“Siempre que la veía saludaba muy amablemente, muy buena se notaba, igual que sus hijas”, comentó Johana que vive a dos casas de la escena del crimen.
“Nosotras sentimos disparos, pero nunca me imaginé que eran de al lado, como somos todas mujeres nos asustamos y no salimos”, comentó una vecina de más de 20 años de conocer a María Rosa, quien remarcó: “Nunca pensamos que él iba a hacer lo que hizo, ella era una gran madre”.
María Rosa tenía en su celular el botón antipánico, no logró activarlo
Uno de los hechos que llamó la atención del lamentable suceso fue que la víctima del femincidio tenía en su poder la aplicación en su celular del botón antipánico. Contaba con el mismo porque tal como afirmaron fuentes confiables, Andrada, siendo excónyuge de María Rosa, continuaba molestándola, después de varios hechos de violencia que ejercía contra la madre de sus tres hijas, cuando convivían, tenía una medida perimetral de acercamiento.
“No sabíamos que era así de violento, que tomaba alcohol y le pegaba a Rosa”, comentó una vecina de la víctima.
